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Análisis

Cementerio digital: ¿Qué ocurre con nuestras redes sociales cuando morimos?

Plataformas como Facebook, que acumula ya 30 millones de cuentas de usuarios fallecidos, permiten el borrado de datos

Cementerio digital: ¿Qué ocurre con nuestras redes sociales cuando morimos?

Tu muro de Facebook te muestra un recuerdo de hace dos años para que devolverte a la memoria aquella foto de las vacaciones en la que apareces junto a ella, que falleció a causa de una larga enfermedad el año pasado. Automáticamente, la compartes a modo de homenaje, pero esa inocente acción, con eco en su muro y en otros muchos, reabre la herida aún sin cerrar de familiares, pareja y amigos. ¿Cómo es posible que una vez muerta una persona sigan activos sus perfiles en las redes sociales?

Actualmente, Facebook cuenta con 2.271 millones de usuarios activos y acumula cerca de 30 millones de cuentas pertenecientes a personas fallecidas. Según los cálculos realizados por investigadores de la Universidad de Oxford, en los próximos años, esta red social se convertirá en un enorme cementerio virtual, por lo que tendrá grandes problemas para gestionar un inmenso número de perfiles inactivos. Tal es así que en 2070 albergará ya más perfiles de usuarios fallecidos que vivos.

Partiendo de la esperanza de vida y la base de datos de usuarios actuales, dicho estudio cifra en 500 millones de usuarios muertos cada mes en 2060, un volumen que podría alcanzar los 1.000 millones para 2079. Sin embargo, esos restos digitales son difíciles de borrar y hoy por hoy Facebook es incapaz de relacionar un cese de actividad con una defunción. ¿Se puede entonces cerrar el perfil de una persona y borrar todos los contenidos que perviven en internet después de su fallecimiento?

Los responsables del estudio creen necesario que las redes sociales, bajo el asesoramiento de historiadores, archivistas, arqueólogos y expertos en ética, traten de encontrar la manera de conservar la información que cada uno de nosotros generamos en vida. Pero además, también deben facilitar la opción de borrar nuestro legado digital y cerrar nuestra cuenta una vez hayamos muerto. ¿Cómo?

La herencia digital

«Aún recordamos el primer caso en el que nos solicitaron la muerte digital. Nos llamó una madre contándonos que su hijo había fallecido hacía unos meses en un accidente de moto. Esa misma mañana, lo último que hizo su hijo fue subir a Facebook una fotografía con su moto. La madre no quería que ésa fuera la última foto de su hijo, tampoco quería que su perfil continuara activo ni que su información siguiera en Internet», cuenta Sonia Marín, de Privacidad Global.

«Cuando una persona fallece, los abogados saben cómo actuar con respecto a la herencia para hacer el reparto de los bienes, la distribución del dinero o acudir a una notaría», advierte esta abogada experta en Derecho digital. Sin embargo, en la herencia digital es más difícil, puesto que en muchas ocasiones no se han designado herederos.

«Internet no tiene en su ADN olvidar, es decir, no está concebido para saber hacerlo solo, así que toca ayudarle a olvidar: recopilar toda la información de la persona fallecida y entregarla a sus herederos para que la conserven o la eliminen. Porque es su decisión, no la de una multinacional», indica esta experta.

Hace unos años, para que las fotografías, vídeos y publicaciones no siguiesen en la red después del fallecimiento de una persona, sus seres queridos debían acudir a los abogados para llevar a cabo este proceso. «Esto provocaba multitud de trámites, que los despachos tecnológicos como el nuestro teníamos que hacer y que, afortunadamente, ya se pueden hacer de forma gratuita y en menos de quince minutos», indican desde Privacidad Global.

Y es que la regulación ha llegado de la mano de la entrada en vigor del Reglamento Europeo de Protección de Datos (GDPR) en mayo del año pasado. Desde entonces, los herederos de un fallecido que acrediten esa condición pueden acceder a los datos almacenados en plataformas digitales «para su rectificación o supresión», salvo que el titular lo hubiese prohibido expresamente.

Por tanto, las redes sociales incluyen ya protocolos para facilitar la muerte digital de sus usuarios. Incluso es algo que puede dejarse solucionado en vida si entramos en el apartado de configuración de nuestro perfil, donde podremos elegir que desaparezca o nombrar un heredero digital que lo gestione. Es el caso de Facebook o Google, que ofrece la opción de decidir qué sucederá con tu cuenta si mueres.

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