La heredera al trono español, Leonor de Borbón, debutó ayer en los premios Princesa de Asturias, los galardones que llevan su nombre. La primogénita de los Reyes de España pronunció en el Teatro Campoamor de Oviedo un discurso cargado de referenias a su familia, a Asturias y a sus «deberes» como heredera. «Es un título que me compromete con la entrega y el esfuerzo de servir a España y a todos los españoles», indicó, revelando que en su casa las palabras España y Asturias siempre están unidas «con la misma fuerza con que las ha unido la historia».

«Hoy es un día muy importante en mi vida que he esperado con mucha ilusión. Desde muy pequeña he visto el cariño y la emoción con que mis padres, Sus Majestades los Reyes, vienen cada año al Principado para presidir esta ceremonia y vivir todo lo que sucede en esta tierra durante los días de nuestros premios. Esto ya es motivo suficiente para que hoy me sienta muy feliz por estar aquí», explicó.

La princesa relató a los presentes que sus padres siempre les han hablado, a ella y a su hermana la Infanta Sofía, de Asturias, de su cultura, historia y tradiciones, además de su naturaleza. «Pero, sobre todo, nos han enseñado a querer y admirar a los asturianos», comentó.

La primogénita de los Reyes cerró su discurso con la misma frase con la que su padre finalizó el suyo un día como el de ayer: «Llevaré siempre este día en lo más profundo de mi corazón».

Leonor de Borbón también quiso agradecer la labor de su abuela, la Reina Sofía, visiblemente emocionada. También quiso agradecer a la Fundación Princesa de Asturias su trabajo y felicitó a los premiados de la presente edición. «Vuestras obras nos recuerdan que hay millones de personas que piensan y actúan para que el mundo sea mejor», resaltó en alusión a los presentes. Peter Brook recogió el premio de las Artes, Siri Hustvedt, el de Letras; Alejandro Portes, el de Ciencias Sociales; la Khan Academy, el de Cooperación; Joanne Chory y Sandra Myrna Díaz, el de Investigación; Lindsey Vonn; el de Deportes; la ciudad polaca de Gdansk, de la Concordia; y el Museo del Prado, el de Humanidades.