La directora norteamericana Anne Manson, la violinista valenciana Esther Vidal y la Orquesta de València protagonizan mañana en el Teatre El Musical (TEM) el concierto extraordinario por el Día de la Mujer que organiza el Palau de la Música.
El repertorio elegido para la ocasión está compuesto por el preludio del segundo acto de The Wreckers de Ethel Smyth, una de las líderes del movimiento sufragista inglés; el Concierto para orquesta de cuerdas de Grazyna Bacewicz, pianista y violinista polaca; la suite para orquesta The Land de Elizabeth Maconchy, conocida por sus 13 cuartetos para cuerda; así como el Concierto nº 5 para violín y orquesta en la mayor de Wolfgang Amadeus Mozart.
Manson explica a Levante-EMV que para el programa «ha elegido piezas difíciles», aunque se muestra satisfecha con el resultado que la Orquesta de València ha demostrado durante los ensayos. «No estaba segura porque no conocía a la orquesta y no sabía como lo iba a hacer, pero toca muy bien», asegura satisfecha. «En el concierto espero pasármelo muy bien y la orquesta también», añade al respecto.
Sobre las composiciones elegidas para mañana, la directora norteamericana señala que aunque las compositoras son mujeres pero «no son obras feministas en sí mismas. Una de las piezas forma parte de una ópera muy importante escrita en 1904 y que Benjamin Britten robó gran parte para su Peter Grimes. Si la oyes te recuerda a una de las partes de la obra de Britten, que fue escrita en 1945», explica la música.
Manson fue la primera directora invitada al Festival de Salzburgo, donde dirigió la Filarmónica de Viena, hecho por el que se sintió «muy afortunada porque era muy joven y la orquesta tocó maravillosamente, esa orquesta es como un porsche».
Además, es directora titular de la Orquesta de Cámara de Manitoba y ha sido invitada por formaciones como las filarmónicas de Los Ángeles y Londres, sinfónicas de Houston e Indianápolis o la BBC Scottish Orchestra, entre otras. Manson ha dirigido ópera en teatros tan emblemáticos como las óperas de Washington, San Francisco, Real de Estocolmo, Ginebra o el Real de la Moneda Bruselas.
Pero no todo ha sido fácil en su carrera. «Ahora hay muchas mujeres directoras y hombres directores, pero todos son directores; cuando yo empecé solo eran mujeres que primero eran mujeres y luego eran directoras. Ahora un director es un director», independientemente de su sexo.
Manson habla también de sus referentes. Asegura que le hubiera «encantado» conocer a Carlos Kleiber. «Era increíble, sus grabaciones discográficas con la Filarmónica de Viena, su personalidad... Era un gran genio. Escuché un ensayo de Brahms y comencé a llorar de la emoción». Y a la pregunta de quién le ha marcado más en su carrera, responde tajante: «Claudio Abbado», de quien fue su asistente en Viena y Salzburgo.
Aunque iba para médico, como su padre, pronto se decidió por la música. «Empecé muy joven a tocar el violín, el piano, cantaba y mi hermana es pianista. En mi casa hacíamos mucha música , mi padre era médico y amaba la música. Después de cenar nos pedía que tocáramos algo». Y no le extraña esa vinculación entre ciencia y música. «Muchos científicos fueron magníficos músicos. No se por qué. Mi hijo es matemático y toca muy bien», apunta.
La directora de orquesta señala que para «llenar auditorios» hace falta incidir en la educación. «La gente debe tocar instrumentos desde pequeños, pero vivimos en un mundo de internet y videojuegos. Concentrarse en una cosa es difícil para los más jóvenes».
Manson no evita tampoco las preguntas sobre Plácido Domingo. Sobre el escándalo asegura que «es muy malo acabar su carrera de esta forma, ha dañado todo lo que ha hecho».
