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Las memorias de un lector desmesurado

Alfons Cervera recopila en su nuevo libro, "Algo personal", las crónicas de sus reencuentros con las lecturas que le hicieron escritor

Las memorias de un lector desmesurado

Alfons Cervera se recuerda como un lector «que leía sin filtros lo que me salía al paso. No importaba lo que fuera». En las estanterías de su casa en Gestalgar, rememora el autor de ‘Claudio, mira’, ‘Maquis’ o ‘El color del crepúsculo’, apenas había tres o cuatro obras de teatro (su padre era actor y director del grupo artístico del pueblo) y unos poemas de Federico García Lorca que el hombre había reescrito «con su torcida letra de hornero sin escuela».

Pese a ello, el adolescente Cervera leía todo lo que caía en sus manos, libros que le prestaban o que compraba en los mercadillos, libros que fueron llenando poco a poco su curiosidad lectora gracias a la colección Reno y al Círculo de Lectores. Y, lo dicho por él, «a salto de mata» y «sin orden ni concierto: desde una novelita del Oeste (lo que más) a una versión reducida de ‘Los hermanos Karamazov’ o lo del arpa y las golondrinas de Gustavo Adolfo Bécquer».

A partir de estos recuerdos, y de las lecturas y relecturas que han ido conformando con los años al escritor y a la persona, Cervera publica este viernes ‘Algo personal’ (Piel de Zapa, 2021), una recopilación de crónicas - «ficciones», asegura él - de un lector desmesurado sobre su reencuentro con las lecturas de su pasado.

La lista de autores revisitados por Cervera se abre con Juan Marsé porque, como indica el autor en la introducción a ‘Algo personal’, él fue el origen de todo esto: «Un día releía ‘Ronda del Guinardó’, la novela de Juan Marsé que me sigue trastornando después de tanto tiempo, y pensé que por qué no hacer lo mismo con otros libros y otros autores, y de paso por qué no ir anotando esa vuelta a mi pasado lector y también a un presente que, muchas veces, bebía en aquel pasado sin ningún pudor ni género de dudas».

En ‘Algo personal’ Cervera huye del canon literario porque, reconoce, sus lecturas también se alejan de él. Aun así, encontramos a algunos grandes nombres de la literatura consagrados por el tiempo: Luis Goytisolo, Ignacio Aldecoa,Patricia Higsmith, Carmen Laforet, Max Aub, Carmen Martín Gaite, Lajos Zilahy, Horace Walpole, Juan Carlos Onetti. Manuel Vázquez Montalbán, Luis Cernuda, el propio Marsé...

Pero en su mayor parte, las relecturas de Cervera nos permiten reencontrarnos, o directamente descubrir, a escritores prácticamente olvidados en el presente, algunos de ellos tras un éxito efímero en vida y algunos otros sin ni siquiera eso. Autores que, como lamenta Cervera, «prácticamente han desaparecido de nuestra memoria».

Así, por el libro pasan Ana María Moix, siempre a la sombra de su hermano Terenci; el partisano Beppe Fenoglio; la poeta anagramática Unica Zürn; el prolífico Romain Gary; Concha Alós, escritora valenciana, esposa de Baltasar Porcel y ganadora del Planeta con ‘Las hogueras’; el artesano José Avello; Mercedes Soriano, retratista del lado tenebroso de la Transición; la periodista y feminista Montserrat Roig; Annie Ernaux, pionera de la literatura autobiográfica.

Cervera también se acuerda del estilista Miguel Espinosa, de la trilogía marsellesa de Jean-Claude Izzo, del solitario Julio Ramón Ribeyro, del escritor y editor valenciano Víctor Orenga, de Jean Rhys y su ‘Ancho mar de los Sargazos’, del genialoide y pendenciero Jean Ray, de los «soviéticos» Fyodor Gladkov y Christa Wolf, de «el Gorki de los Balcanes» Panait Istrati y del insólito Francisco Ferrer Lerín. Rescata del exilio a Carmen Nonell y de la gloria pasada a José Antonio García Blázquez. Reivindica a Ramón Saizarbitoria, uno de los mejores escritores contemporáneos en euskera, y a la premiada, censurada y preterida Dolores Medio. No se olvida de Antonio Ferres, uno de los emblemas del realismo social de los 50, ni de la «exiliada» Carmen Mieza.

‘Algo personal’ incluye también un homenaje a esas «novelistas del Oeste» con las que Cervera echó los dientes como lector, y al clandestino ‘Romancero de la Résistance Espagnole’ de Dario Puccini. Para el final deja una especie de «bonus track» dedicado a recuperar la poesía de Bécquer. «Es el poeta que con más impunidad me robaron en la infancia», subraya el autor.

«Muchos de los nombres que salen en este libro siguen ocupando un lugar fundamental en mi vida y en mis preferencias literarias -indica Cervera-. Me siguen estrujando el alma -o como se llame eso donde las tripas son un onomatopéyico revoltijo de gluglús- sus relatos, sus poemas, la vida que a lo mejor llevaron y que raras veces logró separarse de sus libros».

‘Algo personal’ viene con subtítulo: «¿Te ha picado alguna vez una abeja muerta?». La pregunta la hacía Waltern Brennan en ‘Tener y no tener’, la película de Howard Hawks basada en un relato de Ernest Hemingway. A Cervera le vino a la cabeza una vez que el lector de unos artículos suyos sobre autores olvidados le preguntó si alguna vez le había picado un escritor muerto. «Me gusta poder desvelar en los libros que me gustan ese misterio que es la fragilidad de la vida en la gran literatura -concluye-. El misterio del tiempo que encierra el picotazo genial de las abejas muertas».

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