¿Cómo es esta colección?

Esta colección es el porqué València ha sido elegida Capital Mundial del Diseño. Tenemos muchas décadas a nuestras espaldas. Si nos remontamos podrían ser seguramente siglos. Hemos rescatado algunos iconos, y digo algunos porque no están todos los que son. Queremos mostrar, en algunas pinceladas, iconos del diseño valenciano, que seguro que mucha gente reconocerá. La historia de la Comunitat Valenciana está muy ligada al diseño, aunque no lo sabíamos.

¿Por qué hay que tenerla?

Es algo que habla mucho de los valencianos. La capitalidad es contribuir al amor propio colectivo, por lo nuestro. Y lo nuestro también es el diseño. En otros puntos del mundo, como Italia o Barcelona, preguntas por palabras clave que definen su industria y sale enseguida el diseño. Y en València, pese a que lo ha sido y ha tenido un papel relevante, no lo sabíamos. Ahora ayudamos a construir ese relato con algunas décadas de retraso.

¿Cuáles son los referentes del diseño valenciano que debemos conocer?

Tenemos campañas institucionales que recordaremos sobre todo de la última década, pero tenemos piezas muy ligadas a la industria. Lo bonito del diseño valenciano es que donde hubo industria surgió el diseño históricamente. Reconoceremos muchas piezas, por ejemplo la librería Literatura, diseñada por Vicente Martínez, Premio Nacional de Diseño. Lo bonito es ir descubriendo y reconociendo que todo lo que nos rodea es diseño, puede estar bien o mal, pero todo es diseño. Y si nos hace la vida más fácil es diseño.

Puede que conozcamos más de lo que somos conscientes.

Sí. El diseño valenciano también tiene de valenciano esa despreocupación de hacer muy bien el trabajo, cuidarlo con excelencia y mimo soberbio, pero luego a la hora de comunicarlo no creérnoslo tanto. En los 80 la cuna del diseño nacional estaba en València. Hoy día hay diseñadores valencianos en las mejores empresas de diseño del mundo.

¿Cree que el ciudadano está familiarizado con el diseño?

Sí y me estoy dando cuenta dándole la vuelta: cuando algo es un mal diseño, hay quejas o campañas cívicas.

El diseño es como una obra de arte para ser utilizada, para vivirla.

La gran diferencia entre arte y diseño es que el arte no busca una función, sino plantear cuestiones. El diseño está al servicio de las personas, nos tiene que hacer la vida más fácil, que una institución comunique mejor o hacer una empresa más competitiva.

¿Cómo es la creación valenciana? ¿Qué la hace especial?

Somos buenos en creatividad. Lo que nos hace especiales está más en los procesos y en vivir aquí. Se hace todo más participativo.

¿Podemos hablar de «marca València»?

Sí y con mucho orgullo. Nos hemos ganado un prestigio. Institucionalmente se ha mirado mucho a València.

¿Qué imagen tienen del diseño valenciano fuera de nuestras fronteras?

Cuando saben que algo es de València hay admiración total. El jurado que nos eligió nos dijo que València ya era Capital Mundial del Diseño, solo faltaba que el mundo lo supiese.

Ya queda menos para que València sea Capital Mundial del Diseño. ¿Hay nervios?

Esas «campanadas» serán un momento histórico. Lo bueno es que hemos conseguido alargar ese programa hacia meses anteriores y este 2021. No podíamos estar parados hasta 2022. No somos un programa de eventos. Estamos consiguiendo institucionalizar el diseño valenciano.

¿Cómo va el programa?

Tenemos una líneas maestras muy marcadas, pero habrá espacio para las sorpresas. Va a ser un no parar.

¿Y qué pasará en 2023?

Ocurrirá el primer objetivo de la capitalidad, que era el legado. Que esto no fuesen fuegos artificiales de un día. Hay un grueso de proyectos más estratégicos. El espíritu olímpico sobrevivirá a 2022.