Síguenos en redes sociales:

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

CándidaJuan Limousine

Cándida

Cándida: "Sin pureza no puede haber perversión"

"Sabemos que somos músicos en transición y que seguiremos moviéndonos hasta que no quede nada por contar"

En 2014 Cándida -la banda liderada por la cantante y compositora Candi Imbernón junto al músico y productor Juan Barcala- decidió aparcar la pasión por el tango para sorprender con ‘Arbolito brutal’, un álbum en el que el dúo valenciano abrazaba diferentes estilos de raigambre popular. La senda estaba marcada y siguió en 2017 con ‘Galgos y podencos’. Mestizaje, instrumentación cruda y versiones curiosas. Y en septiembre de 2020 llegó ‘Ciclogénesis explosiva’ (Malatesta) la confirmación de un sonido intransferible en el que la milonga convive con el blues, el jazz hace las paces con el surf y la psicodelia se abraza al candombe.

Mañana lo presentan en el Loco Club tras varios aplazamientos.

«Para no ahondar en lo que todos hemos vivido, sufrido y temido como seres humanos en el último año y medio -señala Candi en una entrevista contestada por email-, como creadores este año ha sido un verdadero ‘catacrocker’, un no saber dónde agarrarse y pasar de ‘me lo dejo’ a ‘nada nos va a parar’ y vuelta al principio». «La pandemia ha dejado al sector de la música, en toda su magnitud, hecho una verdadera mierda. Pero no sabemos hacer otra cosa -advierte Juan-. Hay que seguir. De hecho, con el último disco todavía fresco, en estos momentos estamos enfrascados en la grabación de material nuevo que pretendemos sacar a lo largo de este año, al menos en parte.

Blues, milonga, jazz, rock desértico, surf, krautrok, folk, psicodelia, violonchelos, trompetas, guitarras, cajas de ritmos… ¿Qué tiene de malo la pureza?

Candi: Ja, ja, ja… Pues nada en absoluto. Sin pureza no puede haber perversiones.

Juan: Cuando me pongo a pensar en arreglar una canción lo que me pide el cuerpo es enfrentar sonoridades. Siempre ha sido así. No es algo bueno ni malo. Es algo que no puedo evitar. Es lo que me pone. Pero eso no quiere decir que, como oyente, no disfrute escuchando un disco de jazz o a una cantautora con una guitarra.

Sus discos van alejando cada vez más la palabra «mestizaje» del tópico. ¿Crecimiento o huida?

Candi: Más que eso, se trata de una necesidad interior de cada momento. No es producto de un plan trazado. Cada disco responde a la necesidad que teníamos en cada momento.

Juan: Sí, no se trata de hacer en cada disco algo así como un «más difícil todavía» ni nada de eso. La única condición ha sido que nos excitara lo que estábamos haciendo en cada momento. Supongo que el día que no encontremos esa excitación se acabará todo.

¿Qué lujos se puede permitir una banda que se mantiene fuera del discurso mayoritario?

Candi: No se trata de forzar estar fuera del discurso mayoritario, esa no es nuestra pretensión. Como hemos dicho, hacemos la música que nos estimula y que nos sale y eso conlleva tanto cosas positivas (que hacemos lo que queremos) como cosas negativas (que eso puede no gustar).

¿Cambiarían la identidad propia y la experimentación por más reconocimiento popular?

Juan: Más bien lo cambiaríamos por algo más de reconocimiento en nuestras cuentas corrientes, ja, ja…

Candi: No. Lo que nos gustaría es poder tener más reconocimiento con lo que hacemos.

«Canto de siega» mira al folklore esencial y de alguna manera también lo hace la versión de «Los ejes de mi carreta». ¿Sin dominar la raíz no se puede experimentar?

Candi: Hombre, lo de dominar cualquier raíz yo creo que nos queda algo lejos. Simplemente nos dedicamos a disfrutar sumergiéndonos en los distintos géneros musicales que nos atrapan.

Juan: Va a sonar raro, pero a mí lo que me pasa con «la raíz» a la que te refieres es que consigue que me reconozca en ella, es como una llamada ancestral de la que no puedo escapar. Por eso me obsesionan tanto los ritmos, que para mí encierran esa raíz que permite relacionar la milonga, con el dub, con el blues, con la chacarera, con el rock... Es a partir de ese «reconocimiento» desde el que comenzamos a experimentar.

Han versioneado a Golpes Bajos, Extremoduro, Miquel Gil, Ilegales y ahora a Atahualpa Yupanki o incluso Lope de Vega. ¿Se comprende uno mejor a través de las canciones de otro?

Juan: Muchas de las canciones que han pasado por las distintas etapas de nuestra vida nos conforman de alguna manera.

Candi: Sí, por eso también son buenas para contarse a una misma o uno mismo y, por tanto, para comprenderse.

Jarque es una canción hasta cierto punto extraña porque la melodía se impone al ritmo, algo que no se da tanto en el resto de canciones. ¿Es un camino a seguir?

Candi: Puede parecer extraña porque, en principio, no era una canción. Era, simplemente, algo así como un panegírico que escribí en redes cuando falleció Paco Jarque. Es un poema en prosa. No tiene una medida concreta ni rimas, por lo que, a la hora de musicalizarlo, quedaba más libre, sin las ataduras rítmicas de otras canciones. El estribillo, de hecho, lo añadí posteriormente.

Una década de carrera y toda la experiencia como músicos que traíais ya de antes, ¿siguen siendo músicos en transición o han llegado ya a algún punto?

Candi: Sí, hemos llegado al punto de saber que somos músicos en transición, que no es poco... Seguiremos moviéndonos hasta que no quede nada que contar.

Esta es una noticia premium. Si eres suscriptor pincha aquí.

Si quieres continuar leyendo hazte suscriptor desde aquí y descubre nuestras tarifas.