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Sale a subasta el regalo que le hizo Sorolla a uno de sus valedores en París

El pintor agradeció con un cuadro el apoyo que le brindó el comediógrafo Jacques Copeau en su exposición más importante

Sale a subasta el regalo que le hizo Sorolla a uno de sus valedores en ParísSotheby's

En 1905 Joaquín Sorolla es ya un pintor consagrado en España y de una popularidad internacional creciente. Pero aún le falta dar el gran salto, promover una gran exposición monográfica que le presente en todo el mundo. Y decide que esa muestra, ese desafío, solo puede encararlo en París, la ciudad en la que habían pintado todos los impresionistas que él tanto admira. 

Tras un año trabajando en las obras que exhibirá en la capital francesa, el 11 de junio de 1906 se inaugura en la galería de Georges Petit -quien era marchante de Rodin y Monet- una exposición cuya notoriedad le permite al autor valenciano exponer también en Alemania y en Londres, en la galería Crafton, donde conoce a Archer Huntington, el fundador de la Hispanic Society, quien le ayuda a organizar su primera exposición en Nueva York en 1909. Sorolla ha logrado sus objetivos, su particular conquista del mundo ha empezado.

Una de las personas que más contribuyó al éxito de Sorolla en París fue Jacques Copeau, escritor, actor, comediógrafo y considerado como uno de los grandes renovadores del teatro francés del siglo XX. 

Jacques Copeau, crítico de arte, comediógrafo y amigo de Sorolla, en 1913.

Según Albert Camus, el teatro francés se dividió en «antes y después de Jacques Copeau». Pero antes de dividir el teatro francés en dos, Copeau fue crítico y marchante de arte. Y fue esta labor la que le llevó a conocer a Sorolla. 

Por aquel entonces, Copeau colaboraba con la galería Georges Petit y, además, escribió para L’Art Décoratif, una de las revistas de arte de mayor prestigio internacional en aquella época, un artículo sobre la exposición de Sorolla en la que calificaba el éxito obtenido por el valenciano «de locura, enorme, febril, de superación de todas las previsiones y de revelación».

No fue la única crítica entusiasta que recibió Sorolla. «Ha nacido un magnífico pintor. Desafortunadamente no ha sido en Francia. Nunca un pincel contuvo tanto sol. No se trata de impresionismo, pero resulta increíblemente impresionante», escribió Henri Rochefort.

En agradecimiento por su apoyo, Sorolla le regaló a Copeau un pequeño lienzo que recordaba el famoso Llegada de las barcas, València con el que el crítico francés había ilustrado su artículo en L’Art Décoratif. Aquella pintura saldrá a subasta el próximo 8 de diciembre en Sothebys’ con un valor estimado de entre 60.000 y 80.000 libras.

València en la memoria

«A mi buen amigo Copeau su afmo J. Sorolla 1906», se puede leer en la parte inferior de esta obra que Sotheby’s titula con un escueto Playa de València. Pese a este referencia, la pintura es anterior a esta fecha e incluso a la realización de Llegada de las barcas. Según señala la casa de subastas londinense, Sorolla pintó este cuadro hacia 1898 y responde al interés del artista por reflejar en sus pinturas su entorno más cercano. 

«Su interés en el tema se había inspirado, al menos en parte, en la máxima de Jules Bastien-Lepage, quien instaba a los pintores a pintar lo que sabían y representar los temas que les eran más cercanos», explica Sotheby’s. «El resultado fue una serie de lienzos que giraban en torno a la comunidad pesquera valenciana, con temas como la reparación de redes de pesca, la construcción de barcos y la recogida de la pesca».

Llama también la atención el trazo rápido con la que Sorolla llevó a cabo este cuadro, más parecido a un apunte que a una obra definitiva. Tal como señala Sotheby’s, a finales de la década de 1890, el estilo de Sorolla se vuelve cada vez más impresionista, un estilo que perfeccionó en sus bocetos al óleo. «Su magistral ejecución libre y el espíritu que imbuía a sus obras, son cualidades que van al corazón de la estética de Sorolla y dan cuenta de su perdurable popularidad», explica la casa de subastas.

Sotheby’s no ofrece información sobre cómo ha llegado a sus manos este regalo de Sorolla a Copeau, aunque sí se sabe que antes la pintura ya había sido subastada en París y adquirida por casi 70.000 euros, 40.000 euros más del precio máximo por el que había sido valorada.

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