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pamesa valencia

Oliver desobedece (81-78)

Oliver desobedece (81-78)efe/biel aliño

J. J. Sanmartín

Y como una catapulta, el escolta ruso anotó un triple de hemeroteca. Desde unos 8 metros el Khimki mantuvo viva su leyenda de rival invencible como local y, de paso, el Pamesa supo a que saben las derrotas cuando el partido se muere. Era previsible perder, pero dolió. Adiós al liderato del grupo D de la Copa Uleb. Hola a un nuevo lesionado, amén de House que tiene para un mes, a Barac le entró el vértigo y se quedó calentando banco.

Mientras el público ruso contemplaba con reverencia la exhibición de orgullo con los nueve triples de Douglas y la aportación interior de Miralles, los colegiados asestaron otra puñalada trapera a la objetividad. Intentaron disimularlo en el último cuarto, pero fue tarde. Tan sólo McCarty y Ewin mantenían viva la esperanza de el Khimki, un grupo inesperado, de rachas, a la espera de que Ponkrashov despertara. Desde su pulcra carta de tiros, los locales estiraron el chicle hasta los seis puntos. Pero los taronja apretaron los dientes, aquel final lo acababan de vivir en el Palau ante el AXA FC Barcelona. Y no querían repetirlo.

Y llegó la jugada. Con el partido desde cero (78-78) gracias a un alley-hoop de Claver, el mismo jugador resbaló, dejó el balón para el vacío, lo recogió Ponkrashov y Oliver se plantó ante él, a ocho metros del aro. El manresano se puso blando, y el escolta lo aprovechó.

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