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Sólo resistieron los valientes

Unos pocos cientos de personas despiden la Copa por culpa del retraso El frío y la extensión de la jornada desaniman a los aficionados que se marcharon del puerto antes del final de la regata, que se despidió con un castillo de Vicente Caballer

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Fuegos para empezar y fuegos para acabar. Y entre medio, regatas. La música de Vicente Caballer significó el "esto es todo, amigos" de la Copa del América 2010. Y lo extraño es que fue lo más espectacular del acto. Tras la paliza, se adivinaba una fiesta a lo americano: fanfarria de trompetas, barras y estrellas ondeando al viento y demás. Pero nada más lejos de la verdad. La entrega de la Jarra de las Cien Guineas fue austera y casi en familia. Pilló a contrapié a los valientes que resistían el frío del crepúsculo para ver el trofeo. Poco que ver con la euforia de la edición anterior. La nota curiosa vino dada porque mientras entregaban la Jarra al Oracle sonaba de fondo música de Michael Jackson. El rey del pop despidió al nuevo rey de la vela.

El último día de la Copa

Son las 12 de mañana en Valencia. El sol luce con fuerza en el cielo y la temperatura es agradable: más de 10 grados, al menos esa es la sensación. Las proximidad es del puerto bullen de actividad: grandes atascos (ni la enorme avenida realizada "ad hoc" para la edición anterior consigue descongestionar el tráfico), policías en cada esquina, vendedores ambulantes... Son decenas de miles las personas que se han dicho "oye, por qué no acercarnos esta mañana a eso de la Copa". Pues eso, "pensat i fet".

El inconfundible perfil del Veles e Vents tiene sus terrazas salpicadas de bultos oscuros. Son visitantes que se amontonan en la primera planta, buscando una posición ventajosa desde la que ver la regata por la pantalla gigantes que la organización ha colocado cerca del edificio. Por la dársena son millares los curiosos que deambulan sin rumbo fijo. A lo lejos, a lo largo de la marina real, la gente se agolpa esperando ver aunque sea la vela de alguno de los dos contendientes de la Copa. De hecho, son muchos los que llevan prismáticos y discuten sobre si tal o cual velamen pertenece o no a alguna de las naves.

En la pantalla, la sensación es distinta. Pausa. Tranquilidad. Incluso resignación. Pasa el tiempo, ya son cerca de las dos de la tarde, y el anuncio "Racing postponed" ("Carrera pospuesta") es la única información que los aficionados a la vela tienen por el momento. En esta zona, con sillones y sofás colocados en la rampa que baja del Veles e Vents, la mayoría de los que están apoltronados bajo el sol de mediodía son extranjeros, turistas, que disfrutan con la Copa del América y que han venido a animar a sus equipos (los italianos van con Alinghi y los ingleses con Oracle). Algunos de ellos incluso duermen, ajenos al desasosiego que comienza a extenderse entre los cientos de visitantes que llevan horas tragándose los vídeos promocionales de los dos equipos.

Son las dos de la tarde. Cada vez hay menos gente en el puerto, pero es normal. La comida suiza o americana que se ofrece en el Veles e Vents es cara y los valencianos prefieren irse a sus casas a comer. Ya volverán por la tarde si hay regata. Los turistas no tienen otra cosa que hacer salvo esperar. Pasa el tiempo lentamente bajo el sol de invierno. Y de repente, todo cambia. Va a haber regata. Las 16.25 es la hora elegida.

Llega el momento. Los ultramodernos barcos ya pueden salir a navegar. Los suizos dejan sus "raclettes" y los americanos sus hamburguesas (no es un tópico, de veras los extranjeros se acercan a su propia comida), y las miradas se centran en la pantalla gigante. Ya se está escribiendo el último capítulo de esta edición de la Copa del América.

LA ENCUESTA

"¿La Copa?

Por ahora, a pasear"

Decenas de miles de personas acudieron ayer al puerto de la Copa del América, remodelado hace unos años precisamente para acoger la afluencia de visitantes que se preveía se acercarían a las instalaciones porturarias para ver las regatas. La dársena estaba ayer llena de gente que decidió pasar la mañana de un domingo soleado cerca del mar, esperando, quizá, ver alguno de los barcos que se batieron por la tarde en alta mar. Sin embargo, muchos de los visitantes que pululaban ayer por la zona habían ido simplemente a pasar el tiempo, sin más interés por la regata del que tenían por el propio remodelado puerto.

¿Por qué ha venido esta mañana al puerto? ¿Qué le parece la nueva dársena?

Amparo Montesinos y Vicente Sanchís

72 años. valencia

"Somos del Cabanyal de toda la vida, y hemos venido como casi todos los domingos, a pasear".

"Está muy bonito, pero lo que nos fastidia es que no nos dejen pescar en el puerto todo el tiempo que dura la Copa".

Pedro Meseguer y Carmen María Gil

21 y 22 años. murcia

"Hemos venido a pasar el día y ya que está la Copa por aquí a ver si vemos alguno de estos barcos. Carmen no lo conoce, así que hemos pensado que hoy es un buen día para ver el puerto que desde que está todo esto de la Copa del América está muy bonito".

Ricardo Morales

63 años. valencia.

"Venimos muy a menudo. Esto es estupendo, nos encanta. Hoy nos hemos acercdo a ver si veíamos salir o llegar los barcos esos de la Copa. La verdad es que con este tiempo tan bueno que hace apetece mucho venir a dar un paseo por aquí".

José Ibáñez y María Ángeles Sevilla

51 y 50 años. VALENCIA

"Estábamos comentando que el puerto está súper cambiado con respecto a como era antes. Ahora da gusto venir a pasear por aquí como hemos pensado que podíamos hacer hoy. En la Copa pasada ya estuvimos por aquí y la verdad es que nos gusta bastante".

José Manuel García

63 años. valencia

"Nos gusta mucho el tema marino, así que hoy hemos venido a ver los barcos. Está todo muy bonito, creo que Valencia lo necesitaba".

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