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Elche - Valencia CF

Fragilidad extrema

El Valencia pierde en Elche traicionado por sus errores defensivos y la alarmante falta de puntería y se coloca en una situación límite - El conjunto de Djukic ha ganado solo un partido de los últimos siete y se sitúa a cinco puntos del descenso

Con una valiente jugada de ajedrez Fran Escribá dejó al Valencia bordeando el abismo. El técnico del Elche rompió un encuentro dominado, con dientes de leche y mala puntería por los de Miroslav Djukic, con la entrada de Christian Herrera. El delantero, que ya ajustició esta misma campaña en Segunda B al Mestalla, irrumpió con descaro y decantó el partido a favor de los locales. Se puede alegar mala suerte y que el Valencia tuvo fases de juego muy fluido, cierto, pero la derrota volvió a evidenciar la extrema fragilidad defensiva del equipo blanquinegro, con una sola victoria en los últimos siete encuentros y a cinco puntos del descenso.

Salvo por el cuarto de hora inicial, en el que el Elche impuso sin ocasiones una mayor intensidad física, el Valencia mereció ir ganando ya en la primera parte. Con los espacios por el centro tapados por «la Roca» Sánchez, el Valencia abrió el campo por las bandas, rompió la presión local y se adueñó de la posesión del balón tras dos clarísimas ocasiones, de Ricardo Costa y Fede, que no entraron de milagro pero que sirvieron para sofocar el entusiasmo del rival. Después de un córner peinado por Jonas, el remate de Costa, a un metro escaso de la portería, pero dificultado por el escorzo, demasiado inclinado para hacia atrás, se estrelló en el larguero.

Casi igual de diáfana fue la siguiente oportunidad, tres minutos más tarde, en el 19. Una contra a la que Jonas le puso pausa para esperar la incorporación de Fede Cartabia, que cruzó en exceso ante Manu Herrera.

El Valencia, fresco sin el concurso de los internacionales que jugaron entre semana, comenzó a sentirse cómodo y marear al Elche con la dirección de Parejo, el intercambio de posiciones de Pabón y Cartabia y la movilidad de Jonas como teórico delantero centro. A excepción de los duelos a balón parado, donde se le vio algo ofuscado en su duelo con Damián, el brasileño mostró un buen repertorio, con y sin balón. Pudo también marcar, en el 28, al recoger de cabeza un rechace a otro testarazo, de Pabón, abortado bajo palos por un central. Tampoco llegó el premio del tanto en el minuto 37. Un centro de Guardado fue despejado por Lombán y cazado por Pabón, que había caído por el centro esperando un rebote. El disparo seco y cruzado del colombiano fue atajado en dos tiempos por Manu Herrera.

El Elche aguantó el chaparrón y todavía tuvo su opción antes del descanso, con un delicioso pase al espacio de Rivera hacia la carrera de Fidel, que ganó la espalda a los centrales pero remató flojo y centrado, fácil para Alves. La oportunidad del extremo franjiverde fue todo un aviso premonitorio. El paso por vestuarios no trajo nada bueno al Valencia, su dominio se enfrió y su posesión dominante no se traducía en profundidad. El Elche volvía a estar bien plantado y no perdonó su primera intentona. Edu Albácar armó con su zurda un gran centro, rápido, poco bombeado y con un ángulo bajo, rematado con un giro extraordinario de cuello por Fidel, sorprendiendo a Alves.

Djukic, esta vez, no tardó en realizar los cambios. El partido necesitaba más juego directo y menos elaboración e introdujo a Hélder Postiga por Fede, arrastrando a la banda a Jonas. El Elche, con el marcador a favor, defendía con disciplina pero el Valencia no perdió la calma ni abusó del pelotazo. Un buen ejemplo fue el pase entre líneas que Parejo filtró hacia Jonas. Su definición fue tapada por Manu Herrera, inmenso, y el rechace, cabeceado por Pabón, salvado en la misma línea por Lombán. Djukic dio algo de electricidad a la banda izquierda dando oportunidad a Bernat, muy fino en las últimas semanas. En su primera aparición el canterano fue decisivo. Remachó con rabia, en dos intentos, un centro de Barragán mal defendido por Damián.

Lejos de aprovechar el golpe anímico y asediar a su rival en el tramo final, el Valencia se vio desbordado con la jugada táctica de Fran Escribá, que retiró a Javi Márquez y colocó al goleador del filial, Christian Herrera. El chaval revolucionó el desenlace y llevó de cabeza a Ricardo Costa y Mathieu. En su tercera oportunidad, batió a Alves y dejó al autocomplaciente Valencia en una situación límite.

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