El juego a largo, en las calles y plazas, se mantiene vivo en varias regiones americanas, especialmente en varios estados mexicanos, en Ecuador, con la denominada pelota nacional y «pelota mamona», y especialmente en Colombia, en los departamentos de Nariño y Putumayo, en el sur del país. En Perú y Bolivia hay competiciones de pelota a mano en sus modalidades propias, contra pared. Lima llegó a disponer de un frontón de pelota vasca así como de su Calle de la Pelota, situada en el centro de la ciudad.

Con el campeonato que se inicia esta semana en la ciudad ecuatoriana se pretende revitalizar su difusión así como su práctica. El I Bolivariano ha merecido la atención informativa de la prensa regional y de diversos medios televisivos. El «A dos i ratlla» que se oye en los pueblos de la Marina o de l´ Horta, del juego que engrandecieron pelotaris de leyenda como Micalet de Murla, Tiroy de Torrent, El Barber de Beniarbeig, el Xiquet de Llanera o Pavia de Villalonga, entre otros muchos, todavía se puede escuchar, en su versión de « a dos y chaza», en algunos lugares perdidos de la América, como herencia a conservar, como manifestación deportivo-cultural que ha pervivido durante siglos en territorios europeos y americanos.