El Valencia CF sigue en lo alto. Dos acciones de estrategia le permitieron lograr una victoria de mérito ante un gran rival como el Celta. Lo hizo sufriendo. Acusó las bajas de Murillo, Garay y Guedes, sobre todo esta última, tanto en defensa como en ataque, pero sacó adelante el encuentro. Estas son las claves:
Trepidante desde el inicio
El partido fue trepidante desde el inicio. No hubo parones. Fue un ida y vuelta. El Valencia hizo su fútbol, juega de memoria, y se encuentra cómodo con una presión alta y pisando el acelerador para jugar en quinta marcha. Cuando el partido se rompe, al igual que en las acciones de estrategia, al Valencia es complicado pararle. Zaza lo confirmó al marcar de cabeza tras un saque de esquina. El Valencia encontró justo premio a su mejor primer tiempo.
Un Celta muy completo
El Celta, por su parte, evidenció que es un equipo muy completo. Es capaz de crear peligro con salidas a la contra como cuando disfruta de la posesión del balón. Juega por bandas, con Sisto por la izquierda, y por dentro con Iago Aspas y Maxi. El de Moaña tuvo la ocasión del empate con un magnífico remate de cabeza y mejor respuesta del guardameta Neto. La mano del portero brasileño evitó el empate. Al descanso se llegó con ventaja local.
Aspas deja tocado al Valencia
El tempranero gol del Celta al inicio de la segunda parte hizo mucho daño al Valencia.
El conjunto de Unzué pasó a ser dominador, estaba mejor asentado en el terreno de juego, y las primeras dudas asaltaron a Mestalla. El Valencia estaba tocado. Marcelino movió el banquillo buscando desequilibrio por bandas con Nacho Gil y mayor mordiente ofensiva con Santi Mina. El entrenador pidió el apoyo de la grada. Y fue Nacho Gil, en una acción inocente del TucuHernández, quien provocó el penalti que marcó Parejo después de que el balón entrara llorando. El Valencia se adelantó en el marcador en una acción aislada. La estrategia, ayer dos goles, sigue dando puntos. Y victorias.