Por si no fuese suficiente con haber perdido a Bardhi, el Levante se ha quedado también sin Aitor Fernández. De momento no estará seguro el viernes en la final contra el Valladolid, pero lo peor es que puede ir para largo. El caso es similar al del macedonio, cuya baja por una hernia discal tampoco está definida en el tiempo: en el mejor de los casos tiene para un mes, incluso dos. Aitor, en el peor, entre uno y tres.

Problema y gordo. Uno más. Y es que en medio de la peor crisis deportiva desde la destitución de Muñiz, la noticia sobre la ausencia del meta titular cayó como una bomba. Para cuando se conoció el parte oficial a primera hora de la tarde, en el club la preocupación ya había calado. Desde Buñol hasta las oficinas. Las pruebas médicas confirmaron «una contusión testicular». Un severo y doloroso traumatismo «que le impedirá ejercitarse con normalidad durante la semana», según el parte oficial, pero que podría mantenerlo hasta cerca de un mes el dique seco. Su presencia está descartada para este viernes y el pronóstico es que no se entrene con el grupo hasta la semana que viene.

El percance se produjo en la fatídica jugada del gol del Elche. Un centro de Josema al primer palo y una mala salida de Aitor tras la que se quedó arrodillado un buen rato en el suelo. Al tiempo que se lamentaba estaba muy dolorido, aunque eso no le impidió acabar el partido. En la caída, con las piernas abiertas, impactó violentamente contra la rodilla de Vezo. Ese golpe de los testículos contra el arco púbico es el que le ha producido la contusión.

En la exploración a la que se sometió ayer antes de que las pruebas revelasen el alcance de la lesión, el diagnóstico incluso parecía peor debido a la inflamación de la zona 48 horas después. Con los resultados ya en la mano se redujo el alcance, de ahí que de momento se cruce los dedos para que solamente se pierda un partido. De momento no queda otra ya que esperar.

La intención del jugador, con el visto bueno de los servicios médicos, es volver a entrenarse después del fin de semana y tratar de estar en condiciones para la jornada siguiente en la que el Getafe visita el Ciutat. Para firmarlo con los ojos cerrados después de lo ocurrido.

La última ausencia de Aitor de la portería coincidió tras el fallecimiento de su padre en la visita a San Mamés. Aunque hizo todo lo posible para jugar y viajó a Bilbao con el equipo dentro de la burbuja sanitaria, Paco López consideró que no estaba en las mejores condiciones psicológicas para hacerlo. Su lugar lo ocupó Koke Vegas, uno de los damnificados del peor partido de los granotas esta temporada. De cara a Pucela volverá a ser Paco con la opinión de Nico Bosch, el preparador de porteros del cuerpo técnico, quien decida quién juega de inicio. Si repite Koke, que es el suplente natural, o lo hace Dani Cárdenas, una apuesta más arriesgada.

El respaldo del presidente

El inicio de la semana en la Ciudad Deportiva contó con la presencia de Quico Catalán, que visitó el entrenamiento tras el cuarto empate a uno consecutivo y la continuidad en los puestos de descenso con los mismos puntos que los dos últimos. El presidente, entre otras cosas, volvió a respaldar al entrenador personalmente, consciente del desgaste hacia la cara más visible del club una semana detrás de otra.

Después de un tramo de calendario más suave que el inicial, a partir de la próxima jornada vuelve a empinarse con los partidos contra Getafe, Real Sociedad y Barcelona.