Pasión literaria en el periodismo deportivo

La familia de Manuel Miralles, el histórico jefe de deportes de Levante-EMV entre mediados de los años 70 y 80, encontraron, entre cajones de la casa de Rocafort, los apuntes de decenas de versos. Todos con la riqueza de lenguaje y el manejo fino de la ironía con las que educó a los lectores de este periódico como columnista. Ya retirado, trabajó en una novela que solo el avance de la enfermedad truncó. Pero nunca dejó de escribir.

La pasión de Miralles era la poesía, la vía de su entrada a este periódico en 1972 con un proyecto sobre poetas valencianos. La vocación literaria no entraba en contradicción con una disciplina como el fútbol y sus vastos alrededores, muy dados a la observación lírica. De ese material estaban impregnadas sus crónicas de partidos del Valencia en estadios embarrados de España y Europa o en el relato del debut amargo de Kempes en el Naranja del 76. Reemplazó como jefe de Deportes a Ramón Ferrando Llácer y su primer equipo estuvo integrado por Leal Castellote, Fernando Gil, Norberto Piñango y José Ángel Crespo. Más tarde se incorporaron José Luis Chirlaque, Vicente Furió y JV Aleixandre, su gran sucesor. La mejor pieza abría el foco para abarcar no solo el césped, sino también la atmósfera de toda una grada, para acabar explicando ciudades y épocas en la España de la transición. El título de su columna «Minuto a minuto», fue el origen del mítico «Minut a minut» de Canal 9. Desde su posterior responsabilidad en la Delegación de Gobierno, continuó colaborando en esta casa con artículos escritos a máquina que su hijo Jordi nos remitía por fax. Le recordaremos siempre su conversación culta, elegante y erudita, en los domingos salvajes de crónicas en la sección de la que nunca se fue.