¿Cómo son los días previos a ir por primera vez a Wembley?

Es la primera vez que voy a Wembley, que visito el estadio, que me voy a sentar en ese banquillo. Hemos tenido 13 días para preparar el partido final por el ascenso, algo totalmente inusual en la Championship, con 24 equipos y partidos cada tres días.

¿No es preferible la rutina de partidos continuados? ¿Con un ascenso a Premier en juego, 13 días no se hacen eternos?

Hay que tener la capacidad de adaptarse a una espera así y optimizar la situación. Decidimos ir a un stage en Portugal, viajamos todos con las familias. Hubo entrenamientos, pero también tiempo para la desconexión con un clima diferente al de Huddersfield, para un espacio distendido lejos del entorno del partido. Emocionalmente no se nos ha hecho larga la espera.

El Huddersfield Town fue el primer equipo en ganar tres campeonatos ingleses seguidos, hace casi un siglo ¿Qué ambiente hay en la ciudad para Wembley?

Un ambiente muy especial. La ciudad está a un solo partido de jugar en Premier League. Es una fecha que va a quedar marcada. He tratado que el jugador adquiera lo positivo de lo que ve en la calle, y que al mismo tiempo no se sobreexcite demasiado y se centre en lo que será decisivo, el rendimiento en el campo.

El rival es el Nottingham Forest. Doble campeón de Europa (1979 y 1980), pero que lleva desde 1998 sin estar en Premier ¿El favor de la Inglaterra neutral va con ellos, por la idea del regreso de un clásico?

Es una pregunta complicada. Llevo cinco años en Inglaterra y estoy lejos del sentimiento que pueda albergar el aficionado neutral. Pero no noto ningún favoritismo especial por ninguno de los equipos. Es un país con mucho respeto a los clubes en ese sentido, a la meritocracia de los que llegan a la final, es algo muy apegado al factor social del fútbol. Hemos acabado terceros y cuartos, con solo dos puntos de distancia. Será un partido muy competido.

¿Cómo imagina la final?

Nos tenemos muy estudiados. Nos ganaron en casa, les ganamos fuera en el Boxing Day y nos eliminaron de la FA Cup cuando nos cruzamos en octavos de final. El Forest cambió de entrenador, cambió su propuesta y son letales a la contra. Les distingue la velocidad en las transiciones cuando recuperan en cualquier altura del campo, con un nivel alto de letalidad. Son exageradamente peligrosos.

¿En Inglaterra se vive más el fenómeno comunitario del fútbol?

Se ve con el Boxing Day. Uno de los grandes acontecimientos de la Navidad es ir con la familia al estadio con varios partidos en pocos días. El fútbol impregna la vida cultural de la sociedad inglesa. Y esa presencia repercute en recursos, en infraestructuras, buenos estadios, en la cantidad de gente que va a los estadios. Y no solo en Premier, en Championship o League One. Incluso en categorías no profesionales, el nivel de seguimiento, el vínculo del aficionado con su club llama mucho la atención.

Este desafío le llega joven, pero con mucho recorrido previo, países e influencias ¿Cuál ha sido el camino?

Acabé mi licenciatura con 23 años y me uní al Villarreal. Pasé del C, al B, al primer equipo, como preparador físico y entrenador asistente. Llegamos a semifinales de Europa League, nos clasificamos para Champions. Luego me fui a Arabia Saudí, donde llegamos a semifinales de la Champions asiática y a una final de Copa. Y ya como primer entrenador fui a Chipre, como paso previo para unirme con Marcelo Bielsa en el Leeds de asistente y subir a Premier League.

La vocación del Huddersfield es siempre atacante, siempre protagonista. ¿En qué medida le han marcado en su estilo aquel Villarreal con tan buen pie y coincidir con Bielsa?

Muchísimo. Fueron seis temporadas las que estuve trabajando en Villarreal. Un club que (ahora ya es más habitual) unió propuesta de juego, con metodología de entrenamiento y perfil de futbolista y eso desató que se trabajase en una misma línea, de ataque combinativo, de juntar jugadores en el centro del campo para dominar con asociación y dominio del balón. Uno se impregna de eso. Le sumas los éxitos de la selección, el cambio que incorporó Guardiola, con los porteros dejando de tocar en largo para hacerlo en corto. Eso generó seducción en cualquier entrenador que le gusta esa manera de sentir el fútbol. En Arabia trabajé con Raúl Caneda, que fue asistente de Juanma Lillo, que tiene gran vínculo con Guardiola. Mi motivo para ir fue aumentar ese conocimiento. Y trabajar con Marcelo Bielsa… es impagable. No es fácil acceder a dos años con Marcelo y no se puede explicar. Es muy una experiencia intensa. Todo aquel que trabaja con él experimenta un crecimiento exponencial.

¿Bielsa está loco, como se dice, o habría que decir que está demasiado cuerdo?

Es una persona con una dedicación abismal por el fútbol. Marcelo entrega su vida al fútbol. Eso luego tiene, evidentemente, el premio del fútbol que desarrollan sus equipos, la forma de juego tan distintiva que solo él tiene.

¿Y cómo ha conjugado en el Huddersfield ese estilo tan definido con el juego directo y la intensidad del fútbol inglés, que en Championship es más patente que en Premier?

La evolución de la Premier va notándose en las categorías por debajo. La internacionalización de la Premier, con entrenadores de primer nivel y muchos de los mejores jugadores del mundo va marcando una redefinición. Desde la base, desde equipos de otras categorías, se quiere jugar y crecer con los modelos que tienen éxito en categorías superiores. Es verdad que se mantiene una esencia del fútbol más británico. Championship es una categoría en la que enfrentas estilos muy diversos. Desde equipos que son muy directos, con mucha referencia directa a los delanteros, como equipos más asociativos, o la alternancia de ambos estilos. Aunque nuestra propuesta pasa por el dominio del balón, ya no es tan chocante para el espectador inglés y mi club había estado hace poco en Premier.

¿Es complicado abrirse paso como entrenador, en varios países y sin que haber tenido el apellido famoso de un jugador profesional?

Siempre quise llegar a lo máximo. Era portero de la cantera del Valencia, pero llegas a una edad en la que ves que el crecimiento tiene un límite. Hice la licenciatura en Actividad Física y del Deporte y al empezar a entrenar, me llamó tanto la atención, que me olvidé de ese sueño que perseguía de llegar a lo máximo como portero. Encontré un entorno que me apasionaba más que la portería. El hecho de no haber sido futbolista profesional te empuja a tratar de profundizar en el conocimiento del juego. Tuve desde muy joven una dedicación absoluta a querer ser entrenador. Las probabilidades son mínimas, pero cuando tienes pasión, te da igual la dificultad del camino.

¿Quiere arraigarse en Inglaterra, donde la figura del entrenador no está tan expuesta, parece más respetada, no tan cortoplacista?

Fichamos para un proyecto de dos años, a los cuatro meses nos lo aumentaron dos años más, hasta 2024. Valoro tener un proyecto largo en un club de fútbol, te permite de margen para que las ideas que uno tiene lleguen a plasmarse. Esta es nuestra segunda temporada, ha habido una evolución y nos falta la nota final, el domingo en Wembley.