Pedro López: "Voy a vivir épocas buenas siendo del cuerpo técnico, estoy seguro"

El asistente trabaja sin descanso para que su futuro sea distinto después de vivir un descenso a Segunda División y un no ascenso

Pedro López

Pedro López / Levante-EMV

Rafa Esteve

Pedro López finalizó su etapa como futbolista del Levante en junio de 2019, pero apenas tardó dos años en regresar a la que siempre considerará su casa. No fue para correr por el lateral derecho del Ciutat de València, sino para desempeñar la función de asistente en el cuerpo técnico tras matar, de la mano del Huesca, el gusanillo de seguir vistiéndose de corto. Sin embargo, su lugar en el mundo se encuentra en aquellos rincones donde el Levante es el centro de atención. Donde es motivo tanto de lucha como de orgullo. Después de dos décadas luchando por su sueño de ser futbolista, el día a día de Pedro López se basa, tal y como hizo en su etapa como jugador granota, en darlo todo por el escudo que tantos sentimientos le produce.

«Para mí el Levante es mi equipo, es mi club y es mi casa. Cuando vine aquí en 2011 y viví todo lo que viví, van pasando los años y le vas cogiendo un cariño al club que, gracias a Dios, pude alargar como jugador y ahora como asistente. Hasta mis hijos son del Levante. Me siento un privilegiado de estar aquí. Estar dentro y poder defender al Levante es un lujo para mí», aseguró el nacido en Torrent, quien valora, y mucho, la tranquilidad, e incluso el anonimato, que le otorga su cargo. «Cuando juegas en un equipo profesional estás mucho más expuesto. Nunca me ha gustado el protagonismo, no lo he llevado bien. Estoy disfrutando mucho del hecho de no estar debajo del foco. Me apetecía también tener esa tranquilidad».

Pedro López, inmerso en su tercer curso como asistente de cuerpo técnico, echa muchas horas en la Ciudad Deportiva de Buñol para que su trabajo tenga repercusión en el primer equipo. Acompañado del resto de integrantes del grupo de trabajo de Javi Calleja, el valenciano se encarga de preparar los entrenamientos, realizar tareas, ver si los futbolistas las desempeñan correctamente, pulir los errores y editar vídeos de los rivales para que los granotas sepan cuáles deben ser sus patrones de actuación. Tras los partidos, hacer distintos informes y analizar tanto los momentos con y sin balón. Pedro vive el día a día intensamente, pero siempre tiene tiempo para mirar atrás y recordar todo lo que vivió en ocho años como jugador del Levante.

La gloria que ostentó el Levante mientras Pedro López defendió sus colores contrasta con lo que ha sufrido desde que se convirtió en asistente del cuerpo técnico de la primera plantilla: un descenso a Segunda División tan doloroso como agónico y un no ascenso a la élite del fútbol español tan trágico como cruel. A pesar de ello, Pedro López es optimista. Tiene el presentimiento de que, más pronto que tarde, el fútbol le devolverá al Levante todo lo que le ha quitado. No solo lo sueña, sino que se deja «el alma» por lograrlo junto a un cuerpo técnico entregado y comprometido. «Desde que volví solo hemos tenido desgracias. El espíritu del Levante ha sido levantarse y, cada uno desde su posición, pelear. Lo de Alavés es lo más gordo y lo más triste que hemos vivido todos, pero no nos tenemos que lamentar ni bajar los brazos. Ahora estoy jodido, pero voy a vivir, tal y como hice de jugador, épocas buenas en el cuerpo técnico del Levante. Estoy convencido. Veo a los jugadores entrenar con una ilusión tremenda. Javi Calleja prepara los partidos con la ilusión de un niño pequeño. Es muy exigente y muy metódico. Y todos estamos implicadísimos. ¿Por qué no? Hay que insistir», finalizó un Pedro López orgulloso de su pasado en Orriols y convencido de que vivirá nuevos éxitos en su etapa como asistente.