Si el registro de patentes puede servir de indicador del nivel de conocimiento de una zona geográfica, Valencia tiene la suerte de cara. 195 solicitudes de nuevas ideas o inventos salieron de las ciudades y pueblos de la provincia de Valencia el año pasado. Se trata de la tercera demarcación provincial más activa de España, sólo superada por Barcelona, que presentó 404 solicitudes, y Madrid, que lidera la clasificación con 616 expedientes durante 2010. Los datos forman parte de la estadística de la Oficina Española de Patentes y Marcas (OEPM), que durante los años dos primeros años de crisis experimentó un notable aumento de solicitudes de patentes. La cifra, sin embargo, disminuyó el año pasado al situarse en 2.862.

Muchas de estas solicitudes no llegan a obtener la concesión de licencia correspondiente, pero son un indicativo del carácter innovador de instituciones y particulares. En este sentido, la OEPM recibe ideas e inventos de todo tipo de entidades, desde investigadores individuales que asumen el coste del registro con la confianza de poder venderlo a empresas hasta empresas privadas de desarrollo industrial o universidades. La Universidad Politécnica de Valencia figura entre las más proactivas de España. En 2009, según la última estadística publicada, ocupó el puesto décimo sexto, por delante de compañías muy especializadas en ingenierías como Repsol, Acciona o Fagor.

Andrés Moratal, director del Centro de Trasferencia de Tecnología de la UPV, explica que en inicio las patentes suponen un gasto. "Patentar significa que hay redactar memorias técnicas, preparar todo un expediente y eso lleva gastos de un cierto nivel. En primer lugar las patentes cuestan dinero siempre". Moratal añade que la comercialización de una patente depende de muchos factores y, por muy buena que sea, no siempre resulta exitosa. "Puede ser que no encuentres a nadie con capacidad para desarrollarla o pueden pensar que la protección es débil aunque la patente sea buena". El director del CTT de la Politécnica explica que a nivel mundial el porcentaje de patentes licenciadas sobre el total de las existentes no llega al 10%. Con todo, la Politécnica logró en 2009 ingresos de unos 300.000 euros gracias a sus patentes.

La clasificación la lidera en España el Centro Superior de Investigaciones Científicas. Sin embargo muchas solicitudes llegan de pequeñas y medianas empresas que quieren proteger sus productos y desarrollos. Es el caso de Santaella Estructuras Submarinas, que el año pasado solicitó la patente de una máquina mecánico-hidráulica para dragados de puertos, pantanos o playas a gran profundidad.

Javier Porcar, que pilota un fundación en Valencia dedicada al desarrollo de sistemas de ingeniería e industriales, ha solicitado proteger un sistema para la eliminación de la salmuera de rechazo con tratamientos de amoniaco y ácido acético. Un proyecto destinado a desaladoras.

Del mismo modo, Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana ha decidido proteger su proyecto de plataforma de acceso al tren para personas con movilidad reducida. La "meseta", como la conocen en FGV, ya está en pruebas en las estaciones de Facultats o Alboraia y se ha patentado con vistas a poder comercializarla, toda vez que la empresa pública se ha propuesto prestar servicios de asesoramiento a otras ciudades y países para obtener ingresos.

Dispositivos electrónicos, sistemas de captación de CO2 para ahorrar costes de derechos de emisión a empresas contaminantes, , lámparas, trampas para insectos o investigaciones científicas de aplicación médica son ideas que han solicitado ser patentadas desde Valencia. Algunas pueden parecer muy ambiciosas; otras mucho más discretas pero quien sabe si exitosas. Es el caso de un particular que ha patentado un juego de sobremesa de fútbol y futbito.

Un valenciano en el "top ten"

Ocupa el décimo lugar en la lista de 50 mayores solicitantes de patentes del año 2009. Francisco Javier Porras, un particular afincado en Gandia que no figura en el consejo de administración de ninguna empresa, se ha consolidado como uno de los mayores inventores del país, por encima de muchas universidades y compañías como Repsol, Fagor o Gamesa. Los registros de la Oficina Española de Patentes y Marcas recogen todo tipo de inventos con la propiedad intelecual de Porras. Le encanta el sector aeronáutico. El año pasado presentó patentes de un sistema de hélices anticaída, móviles y exteriores para aviones. Se usarían como mecanismo de despegue o aterrizaje vertical en caso de apuro o peligro en las aeronaves. También ha ideado una aeronave antitornados. Se trata de un artefacto muy grande que usado en grupo puede superar y enfrentar la velocidad del viento de tornados. v. r. valencia