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Movimientos en el sector bancario

Bankia podría absorber una entidad mucho menor para acceder a los beneficios de una fusión

Con la reforma financiera ya aprobada, se avecinan unas cuantas semanas de constantes movimientos en el sector bancario, y de especulaciones sobre posibles matrimonios en las que no faltará la confusión entre la realidad y el deseo. Como recordaba ayer el investigador del IVIE Joaquín Maudos, en la primera oleada, la que acabó con las cajas como entidades financieras, pocas operaciones se consumaron a gusto del supervisor, como prueba la unión de las cajas gallegas, o como se trazaron en un inicio. Es decir, que puede pasar cualquier cosa en los próximos cuatro meses. Por ejemplo, Bankia, participada por Bancaja, era considerada hasta ahora la pieza clave de la reordenación y se la situaba en la órbita de CaixaBank o BBVA. Sin embargo,la entidad presidida por Rodrigo Rato hizo saber el jueves que cumplirá la nuevas exigencias de provisiones con sus propios recursos y en una carta remitida a sus representantes sindicales precisaba que no recurrirá a ayudas públicas.

Pero sus necesidades son muy elevadas: entre 7.500 y 9.100 millones, según diversos informes del sector. Parecería que solo alguno de los tres grandes podría echarle una mano, pero sería mediante una absorción, lo que complica la salida. Además, como explica Maudos, las elevadas exigencias de capital de la Autoridad Bancaria Europea (ABE) frena un posible interés del Santander y el BBVA. Queda CaixaBank, pero en este caso, con un tamaño similar, hay problemas de calado en el orden político -una entidad catalana se haría con el control de una madrileña gracias a su mayor solvencia- y en el interno, porque el ajuste sería muy elevado debido al solapamiento de la red. Se habla de entre 10.000 y 15.000 empleados y 3.000 oficinas.

Si Bankia no pudiera salir adelante por sí misma -la ABE le exige también algo más de 1.300 millones en capital- y fuera rechazada por uno de los grandes, tendría una tercera opción: Buscar la fusión con una entidad que le permita, como exige la reforma, aumentar al menos en un 10 % su balance. De esta forma, podría acceder a las ayudas del FROB, hacer provisiones con cargo a recursos propios, aunque se penalizara su solvencia, y disponer de un año más para culminar el saneamiento. A este respecto conviene mencionar que la entidad participada por Bancaja es una de las seis que ha presentado oferta por la nacionalizada Unnim, que cumple los requisitos, al igual que Caja 3. Su problema es que va a ser vendida por el Estado a causa de su elevada exposición al ladrillo, el mal endémico también de Bankia.

Las también nacionalizadas Novagalicia Banco y CatalunyaCaixa son piezas codiciadas por los grandes. El primero interesaría a CaixaBank y BBVA y la segunda a BBVA y Santander. Pero en esta carrera por crecer hay otras entidades que no van a querer quedarse atrás y que tienen solvencia para crecer a costa de otras medianas, caso de Unicaja, Ibercaja o KutxaBank. El Banco de Valencia sería una vía para algunos bancos que, con ayudas públicas, podrían sortear las nuevas exigencias. Banco Mare Nostrum ya se ha mostrado interesado y Banca Cívica podría ser otra opción.

Mientras tanto, Maudos dio la "bienvenida" a la reforma financiera, porque cree que supone reconocer "el problema de solvencia que había", dar una "buena señal a los mercados", que fluya el crédito y que baje el precio de la vivienda, si bien al respecto precisó que la pésima coyuntura hace prever que "no habrá una demanda solvente".

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