La propuesta del jefe del Consell, Alberto Fabra, de liberalizar los horarios comerciales dejando en manos de los ayuntamientos la decisión última sobre las aperturas tiene un antecedente poco gratificante. La Comunidad de Madrid, pionera en esta medida desde julio de 2012, no puede sacar pecho sobre sus repercusiones en la reactivación del consumo y generación de empleo. La autonomía que preside Ignacio González perdió entre agosto del año pasado y el mismo mes de 2013 un 7,1 % de su volumen de ventas minoristas y el 5,8 % del empleo del sector.

Las cifras son superiores a la caída generalizada del volumen de negocio en España, del 4,2 % en ventas y del 1,8 % en empleo, según los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística.

La Comunitat Valenciana, por contra, ha logrado sostener los descensos con la legislación actual y la anterior. En enero entró en vigor la nueva Ley del Comercio, que permite abrir domingos y festivos a las grandes superficies comerciales, situadas en municipios considerados de gran afluencia turística, básicamente Valencia, Alicante y otras poblaciones costeras. Hasta final de 2012, regía la norma de un máximo de nueve festivos anuales. Frente a los descensos de España y autonomías como Madrid, el empleo en el sector del comercio se ha mantenido e incluso ha crecido un 1 % entre agosto del año pasado y agosto de 2013. Las ventas han bajado un 3,1 % como consecuencia de la pérdida de poder adquisitivo de un población azotada por la crisis económica.

Pedro Reig, presidente de Asucova (patronal de supermercados que agrupa a Mercadona, Consum y Mas y Mas) expuso los datos del INE al conseller de Economía, Máximo Buch, en la reunión del pasado martes del Observatorio del Comercio. La respuesta del conseller fue que los casos de Madrid y Valencia no eran comparables porque la propuesta del Consell es que sean los propios ayuntamientos los que decidan las aperturas. El argumento sorprendió a las patronales del comercio críticas con la liberalización, pues al margen de quien tenga la última palabra el resultado es el mismo.

La asociaciones empresariales Asucova, Covaco y Cecoval, además de las federaciones que tienen bajo su manto, sostienen que la liberalización es negativa. Desde enero, cuando se abrió amplió el rango de municipios turísticos, se han perdido 21.000 empleos, de los que 14.000 corresponden a Valencia ciudad, según estas organizaciones.

Un informe de Ignacio Cruz Roche, catedrático de comercialización e investigación de la Universidad Autónoma de Madrid y ex director general de Comercio en el primer Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, señala que la liberalización sólo beneficia a las grandes superficies ubicados en la periferia de las ciudades frente a los establecimientos situados en el casco urbano. "Estas medidas no solo no ayudan a la solución de la crisis, sino que pueden contribuir a un empeoramiento de las empresas y los trabajadores".