Hace un año y medio que Bancaja desapareció definitivamente como entidad financiera al convertirse en fundación de carácter especial y, aunque ya iba ligera de equipaje, le ha costado moverse como si fuera un diplodocus. Pese a que en noviembre de 2012, cuando se disolvió, ya tenía prácticamente cerrados los estatutos, tardó justo un año en aprobarlos definitivamente, en nombrar al nuevo patronato y en formalizar la ruptura con la Fundación Caja Castelló, que se ha independizado llevándose nueve millones de capital. Desde entonces han transcurrido otros seis meses antes de que finalmente se convoque la reunión del patronato que aprobará los presupuestos y el plan de actuación para 2014. Será mañana.

Fuentes de la entidad aseguran que la demora se debe fundamentalmente a que el proceso de tramitación administrativa y legalización de la nueva fundación se ha demorado hasta el pasado mes de marzo. Esta entidad de carácter especial creada en 2012 aún debe fusionarse con la antigua Fundación Bancaja, la que utilizaba la entidad de ahorros para canalizar su obra social, y este trámite se espera que este terminado antes del verano. Las citadas fuentes explicaron que el plan de 2014 será continuista, en el sentido de que se centrará en los colectivos más desfavorecidos, la cultura y los jóvenes emprendedores como principales líneas de actuación. Queda por ver si ese continuismo se trasladará también a la dotación. El presupuesto de ingresos de 2013 fue de 5,7 millones de euros. Una cifra abismalmente alejada de aquellos 83 millones que Bancaja destinó en 2008 a su obra social.

La entidad dispone de una tesorería próxima a los 90 millones tras la segregación de Castelló y no puede tirar con pólvora del rey, sobre todo si tenemos en cuenta que aún no ha informado de ninguna empresa o particular dispuesta a convertirse en patrono a cambio de aportar dinero. Así que debe actuar con prudencia a la espera de que lleguen mecenas para no liquidar su patrimonio en cuatro días. En 2013, la entidad se limitó a mantener algunas líneas de actuación aprobadas por la antigua fundación, como la Volta a Peu, que también ha celebrado este año, dos exposiciones y la convocatoria de ayudas Coopera para asociaciones valencianas que trabajan en exclusión social y cooperación internacional, además de talleres para mayores y discapacitados. Sin embargo, los patrocinios, que tanta vida dieron a instituciones culturales o incluso a la pilota valenciana en los buenos tiempos están reducidos a la mínima expresión y todo indica que así seguirán en 2014.