El titular del juzgado de lo Mercantil número dos de Valencia, Jacinto Talens, ha ordenado la extinción de las sociedades Onofre Desarrollo S.L.U. y Onofre Ismet S.L. al no haber podido superar el concurso de acreedores en el que estaban inmersas desde hace tres años como otras cinco sociedades del grupo promotor. El juez ha declarado la liquidación de las firmas tras constatar que carecen de bienes. El juzgado continúa el proceso de liquidación del Grupo Onofre de Miguel, Onofre Gestión, Onofre Valores y Oropeak.

El desmantelamiento de la compañía y la venta de sus activos se produce tras la suspensión en la que entró el grupo en diciembre de 2012 por una deuda de 130 millones de euros. El grupo pidió voluntariamente la suspensión de pagos tras no alcanzar un acuerdo con los principales bancos acreedores y no encontrar interlocución en la sociedad de gestión de activos bancarios (Sareb). Tras aceptar el concurso, el juez de lo Mercantil nombró como administrador concursal a José Andreu Llópez y acordó la intervención de las facultades de gestión del grupo.

La desaparición de las sociedades del antiguo gigante de la construcción en manos de la familia Miguel pone fin a la corporación que participó en el Plan de Actuación Integral (PAI) de Campanar y experimentó un gran crecimiento desde los ochenta en promociones en la ciudad de Valencia, así como en el Resort Costa Azahar, Parque Empresarial Táctica (Paterna) o en la Pobla de Vallbona.

El grupo Onofre Miguel, que estaba en manos de la tercera generación, facturó 125 millones de euros durante el ejercicio 2016, justo antes de la crisis que arrasó a las empresas de la construcción.

La imposibilidad de refinanciar sus deudas abocó a finales de 2012 al concurso de acreedores a una de las pocas promotoras valencianas que había logrado sortear la quiebra en los primeros años de la recesión.

Onofre Miguel fue fundada en 1941 por Onofre Miguel Llopis. Las discrepancias familiares llegaron con la tercera generación.

La compañía valenciana (participada por el presidente de la Asociación Provincial de Constructores y Promotores de Valencia, José Luis Miguel) inició una profunda reestructuración interna que provocó la separación de las unidades del grupo. José Luis Miguel, que se mantiene como administrador en otros negocios, abandonó la gestión del grupo en 2012 por discrepancias familiares en el modelo de gestión y evolución del negocio. Su hermana Cristina Miguel Belenguer se convirtió entonces en la responsable de las empresas.

Dos años antes, en 2010, con motivo de otro proceso de remodelación interna se separaron accionarialmente las sociedades. Una de las ramas principales, Onofre Miguel Construcción, quedó en manos de los hermanos José Ramón y Regina de Miguel Giménez.

El grupo inmobiliario también estuvo inmerso en proyectos de construcción en Oriente Medio, que no llegaron a desarrollarse por la crisis económica y la de la empresa.