La mejora tecnológica (mecanización, digitalización y robotización) augura "una pérdida de empleo en los próximos años" a resultas de la cual "los hábitos de empleo y renta resultarán profundamente modificados (menos asalariados estables y más autónomos) y se producirá una segmentación social peligrosa". En su el último informe trimestral de coyuntura, la Conselleria de Economía Sostenible cree que "mientras se confirman o se descartan los riesgos del empleo tecnológico, hay que tomar decisiones legales con diligencia y previsión".

Se refiere, claro está, a una reforma del mercado laboral que debe impulsar el Gobierno central. El documento constata que la tasa de paro se reduce paulatinamente "gracias a la contratación temporal y al descenso de la población activa" pero añade que persisten dos grandes problemas, en lo que a la Comunitat Valenciana se refiere, que son "irreductibles y dañinos para la estabilidad social". Se trata del elevado desempleo entre los jóvenes y la incapacidad del mercado para absorber el volumen de parados mayores de 45 años.

A este respecto, la Conselleria de Economía apunta que estamos ante un "mercado dual, con una parte de contratos estables y otra, creciente, de empleo precario" en el que las rentas del trabajo disminuyen su participación en la renta total, "una parte importante de los jóvenes, con independencia de su nivel de estudios, está abocada a la subcontratación, el desempleo o la emigración y los parados de larga duración se van aproximando cada vez más a subsistir en condiciones de pobreza".

El informe contempla las previsiones de la Generalitat de crecimiento valenciano en 2017, en las que se muestra menos optimista que diversas entidades económicas. Así, estima que el PIB autonómico subirá el año que viene en un 2 %, lejos del 2,6 % de la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas) o del 2,4 % del BBVA Research.

El documento dedica un capítulo concreto a analizar el tejido productivo de la Comunitat Valenciana. Las conclusiones son bien conocidas: abundancia de microempresas y escaso protagonismo de las mayores mercantiles. Dos datos son muy ilustrativos al respecto: La autonomía tiene un mayor peso de firmas con entre 1 y 9 trabajadores que el conjunto de España „41,70 % sobre el total frente al 40,33 %„ y la participación de las empresas valenciana de más de 500 empleados en el total nacional es del 7,65 %, lejos del 11,01 % que acapara en microempresas.