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València desarrolla planes para construir 20.000 viviendas en los próximos años

Las grúas llenan hoy las obras de València. Hacía ocho años que estas siluetas habían desaparecido completamente del panorama de las ciudades. Han vuelto para quedarse en los próximos años. El número total de transacciones por el suelo urbanizable en València en el primer trimestre de 2018 registró 197 compras, treinta cuatro puntos por encima del año pasado. En total, en la Comunitat Valenciana en lo que llevamos de año, tenemos 427 movimientos económicos por este tipo de suelo donde se construyen fincas. Estos indicadores manifiestan que la construcción vuelve por sus fueros en una época donde la activación económica también repunta de forma paulatina. De hecho, según datos del Ayuntamiento de València, los programas de actuación en marcha para los próximos años estarán en condiciones de construir 20.000 viviendas. El año pasado, en España, se terminaron de construir 48.853 viviendas libres y 4.938 de protección oficial, según datos del Ministerio de Fomento. En el momento álgido de la burbuja inmobiliaria, en 2007, se llegaron a construir casi 650.000 viviendas en un año.

Las zonas en las que se van a construir 20.000 viviendas son Benimaclet, Calle Brasil, el Camí Fons del Grau, la Font de Sant Lluis, los viejos cuarteles de Ingenieros de la calle San Vicente, Malilla sur, calle de les Moreres, la primera fase de las obras del Parque Central 1, Cuatre Carreres y Sociópolis. «En estas zonas se podrá construir alrededor de 20.000 viviendas en los próximos años, además también podemos añadir las obras en el Camí Real, Guillem d'Anglesola y la segunda fase del Parque Central», informaban fuentes municipales. En València, en el año 2017, se dispararon los precios hasta llegar a los 650 euros por metro cuadrado cuando en el ejercicio de 2016 tuvieron lugar operaciones de entre 200 y 300 euros el metro cuadrado.

Los precios en València se han disparado porque ha habido una activación progresiva de la construcción. El cambio más importante se ha dado en el paso de los años 2015 a 2016. En 2015 apenas había 30 licencias de nueva obra y se completaron 320 viviendas. Al año siguiente, se solicitaron 1.300 viviendas, es decir, se cuadruplicó la obra nueva y en 2017 se solicitaron 2.500 viviendas. En los siete primeros meses de 2018, se solicitaron 1.800 licencias. La progresión es importante y se mantendrá porque la recuperación económica está latente.

La recuperación económica ha contribuido a que sectores que estaban paralizados como Programa de Actuación Integrada (PAI) de Malilla tendrá en el próximo año 2.000 viviendas; Quatre Carreres,1.500; Benimaclet, 2.500 y Patraix, 150. En estos distritos se han empezado las obras porque la licitación convirtió el suelo en urbanizable. Este año va a despegar el PAI de la Fuente de San Luis con más de 1.000 viviendas. Sectores como los de Patraix, que llevaba años parado, se han reactivado y ahora se va a poner en marcha también los del sector del Grau y la primera fase del parque central que salen como viviendas urbanizables.

El precio de València se ha encarecido porque se ha convertido en destino inversor para grandes empresas, a la altura de capitales como Madrid y Barcelona. Eso ha hecho que se haya comprado suelo vacante a precios importantes como, por ejemplo, en Malilla. El precio del suelo repercute en el precio final y eso puede provocar una tendencia al alza del precio final. Los fondos de inversión internacionales han desembarcado también para hacer negocio.

Mercado de alquiler

Ahora hay un fenómeno nuevo como es el mercado de alquiler. «Hay una necesidad imperiosa que ha disparado los precios de alquiler que, en proporción, se han multiplicado a los de la compra de viviendas. Este dato es sorprendente porque en València no había tradición de alquilar pero, al haber promociones destinadas a este sector, se ha convertido en un mercado emergente», declaraban fuentes del departamento de urbanismo a Levante-EMV, meses atrás.

En los barrios del corazón de València como, por ejemplo, Ciutat Vella, Russafa, Campanar, l'Eixample, Extramurs y la Patacona han encarecido un 15 % los precios de su alquiler. Hay muy pocos pisos disponibles en esas zonas, según el Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria (API) de València y el mercado está descompensado porque «la población quiere acceder a la viviendas y no hay». Ese problema solo afectaba a capitales como Madrid o Barcelona pero desde finales del año pasado, ha aterrizado en València y cada vez se extiende a más distritos.

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