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Drones para hacer las cuentas del campo

Drones para hacer las cuentas del campo

Los nuevos dispositivos de vuelo no tripulado son capaces de controlar plagas, predecir cosechas y rendimientos de cítricos, hortalizas, viñedos y arroz

«¿Qué temperatura hace en Bétera? ¿Cuánta cosecha de cítricos tengo en este campo? ¿Necesita más abonos? ¿Hay riesgo de propagación del 'cotonet' en la explotación naranjera?» Son algunas cuestiones que los agricultores ya están en disposición de conocer gracias a los avances del proyecto iDrone, puesto en marcha por el instituto tecnológico de los alimentos Ainia, el grupo cooperativo Anecoop y la organización agraria AVA-Asaja. El uso de dispositivos de vuelo no tripulado y robots, junto con una innovador software con capacidad predictiva, permitirá reducir costes, mejorar la rentabilidad de los cultivos, simplificar el trabajo en el campo y disminuir el impacto ambiental.

Llega la agricultura de precisión. Y Anecoop, entre otros clientes, ya ha puesto a sobrevolar en sus explotaciones aparatos voladores y robots autónomos que circulan por el suelo, capaces de suministrar un sinfín de información que, una vez sistematizada, es muy útil para sacar partido y conseguir hacer más rentable los balances económicos de la agricultura valenciana tan castigada en estos tiempos por la competencia de otros países más avanzados y por sus problemas estructurales.

Y es que, «la inteligencia artificial y el uso de la aplicación que incluye el iDrone para obtener mejores rendimientos en el campo contribuirá sin duda a mejorar las cuentas de los agricultores», explica David Martínez, jefe del departamento de tecnologías de la información y comunicaciones de Ainia, a pie de campo en el centro de experiencias Masía del Doctor, ubicado en Museros (l'Horta Nord) y que pertenece a la Fundación Anecoop.

Proceso de transformación

Cuentan los investigadores del Ainia que no estamos hablando de ciencia ficción. El sector agrícola, sostienen, se encuentra en un «proceso de transformación del modelo productivo gracias a la incorporación de nuevas tecnologías con las que poder gestionar mayores extensiones, con menor esfuerzo y de manera más eficiente». El uso de estos drones (pesan unos cinco kilogramos), junto con software con capacidad predictiva, hace posible reducir costes, mejorar la rentabilidad de los cultivos, simplificar el trabajo en el campo y disminuir el impacto ambiental.

«Una vez obtenemos la información de drones y robots la cruzamos con datos, tanto históricos como en tiempo real, de meteorología, plagas; o bien de mercado como los precios, así como de alertas sanitarias. A continuación se desarrollan algoritmos para diagnosticar o predecir variables integrando modelos de crecimiento y comportamiento del cultivo», explica este técnico del Ainia recién comenzada ya la campaña citrícola 2019/2020.

En comparación con la información que puedan suministrar los satélites de navegación ya disponibles en el mercado, los sensores y cámaras que incorporan estos avanzados artilugios del proyecto iDrone es que aportan imágenes en tiempo real con mayor resolución y una información más rigurosa sobre el estado sanitario y de maduración de los cultivos. Para ello, el dron sobrevuela los campos seleccionados siguiendo un recorrido preestablecido en el que, junto con las ópticas de las cámaras y la altura del vuelo, se ajusta el campo de visión y la resolución de las imágenes en función de las necesidades particulares.

«Esta información ayuda duda a los agricultores en la toma de decisiones y recomendaciones de actuación, mecanización y automatización de operaciones agrícolas como puede ser la aplicación de tratamientos fitosanitarios en el momento necesario o bien establecer el período óptimo para la recolección», apunta Martínez.

En frutas y hortalizas

Los proyectos iDrone y ACVs (vehículo terrestres guiado automáticamente) ya se están probando en cultivos de cítricos, vid, arroz, pimiento y caqui. Por el momento, sus promotores todavía no han puesto fecha para su próxima comercialización. Ricardo Díaz, jefe del departamento de instrumentación y automática de Ainia, destaca que «la información obtenida es clave para tomar decisiones obre riego o fertilización que requiere cada cultivo, o incluso cada árbol de manera individual. Y permite medir volumen y altura de los árboles y crear recreaciones 3D de cada parcela, así como predecir cuál va a ser la productividad».

Anecoop, según Nicolás Juste, técnico de la cooperativa, dice que quiere dar un «salto cualitativo» con estos inventos.

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