La Encuesta de Población Activa (EPA) del primer trimestre del año, publicada ayer por el INE, muestra una imagen vieja, casi en sepia, como si fuera una fotografía del pasado, porque solo dos semanas de las 13 que analiza, las posteriores al 14 de marzo en que entró en vigor el estado de alarma, detallan los efectos en el mercado laboral de la paralización de la economía para luchar contra el coronavirus. Por tanto, los datos reflejan de forma distorsionada la realidad, pero apuntan la hecatombe en el empleo que ya estamos viviendo en este segundo trimestre. Y lo cierto es que la Comunitat Valenciana sale mal parada.
Entre el 1 de enero y el 31 de marzo de este año, el número de ocupados en la autonomía se redujo en 32.100 personas en relación al trimestre precedente, frente a la destrucción de 285.600 puestos de trabajo que registró el conjunto de España, que es la mayor desde 2013. Solo Baleares, con 67.100, se situó por encima. Se trata dos de las regiones españolas donde el sector turístico tiene un mayor peso específico. Esta actividad, al igual que el comercio, son dos de las ramas económicas más damnificadas por la crisis. De hecho, bajaron la persiana a mediados de marzo y la perspectiva es que aún tarden en volver a levantarla.
En términos interanuales, sin embargo, la EPA muestra los dos mundos del mercado laboral: antes y después del confinamiento. Y es que en el último año, la ocupación en la autonomía había subido en 20.900 personas, por un total de 210.100 en el conjunto de España, lo que implica que el país, hasta la irrupción de la pandemia, estaba generando empleo.
La EPA no incluye en los parados a los afectados por ERTE ya que, pese a haber dejado de ir a su puesto, siguen contando como ocupados si la suspensión laboral es menor de tres meses. El INE encuadra estas situaciones en ocupados que declaran no haber trabajado y que en el caso de los afectados por ERTE o paros de empresa se sitúan en 578.300 en el trimestre, 562.900 más que al cierre de 2019. Se trata de alzas sin precedentes. En relación con esto, conviene dejar constancia de que en la Comunitat Valenciana los afectados por expedientes temporales superaron los 234.000 entre el 14 y el 31 de marzo.
Paralelamente, el número de personas inscritas en las oficinas de empleo como paradas aumentó en la Comunitat Valenciana en el primer trimestre en 2.000 personas, en este caso una de las subidas menos relevantes de toda España, donde la cifra de desempleados se incrementó en 121.000.
El secretario autonómico de Empleo, Enric Nomdedéu, afirmó en relación con la destrucción de empleo que la Generalitat tiene que reflexionar sobre el modelo productivo, qué actividades se quiere priorizar y apostar por aquellas con valor añadido y sostenibles, ya que el predominio de servicios y turismo «nos hace vulnerables».
La patronal CEV señaló que, al margen de los efectos de la crisis sanitaria, hay un avance del paro regional en comparativa interanual, especialmente en servicios y agricultura en la provincia de València, mientras la media nacional baja.
CC OO-PV aseguró que «tenemos la oportunidad de estructurar un cambio de modelo productivo» que acabe con la precariedad laboral y dedicar recursos a la recuperación industrial. UGT-PV subrayó que la EPA muestra una reducción de la tasa de temporalidad, que se sitúa en el 26,80%, ya que ha sido mayor la destrucción del empleo temporal frente al indefinido, al quedar este segundo salvaguardado, en su gran mayoría, por los ERTE.