La desescalada no llega a la factoría de Ford Almussafes, que sigue acumulando malas noticias. La dirección de la multinacional pactó ayer con el sindicato mayoritario, UGT, ampliar el ERTE todavía vigente en la planta de motores en otros ocho días adicionales para ajustar su producción a la demanda actual, congelada por la pandemia y por la crisis que sufre un sector sumido en plena reconversión en el peor momento.

Las jornadas de paro en motores tendrán lugar entre el 22 de marzo y el 1 de abril más una extra el 16 de ese mismo mes. Esta ampliación del expediente de regulación temporal de empleo afectará a los 980 empleados de Almussafes que trabajan en este lineal, si bien el presidente del Comité de Empresa, Carlos Faubel, avanzó que se ha implementado un programa para reducir el impacto entre los empleados, que podrán asistir a cursos formativos durante las jornadas en las que no trabajen.

Pero los malos augurios para la factoría no acaban aquí. Además de la covid y de la revolución hacia el coche eléctrico, el sector lidia con una escasez de componentes a nivel mundial. El consumo de electrónica del hogar ha dejado sin chips a los fabricantes de automóviles y Ford no es inmune a ello.

De hecho, en la planta de producción de vehículos de Almussafes todavía hay 600 trabajadores afectados por un ERTE y Faubel no espera buenas noticias a corto plazo. Según el líder sindical, la empresa no ofreció detalles de su planificación de producción más allá de avanzar que no habrá cambios durante marzo. Sin embargo, los sindicatos asumen que habrá un nuevo expediente para los trabajadores de esta línea, que Faubel estima que llegará entre abril y mayo.