El sector azulejero español ha iniciado el año con buen pie. Los datos de exportaciones referentes al pasado mes de enero, último periodo del que se tienen datos oficiales, señalan un crecimiento del 9,7 % con respecto al mismo mes de 2020. En solo 31 días, las productoras de pavimentos y revestimientos cerámicos han facturado más de 241,6 millones de euros, de los que 226,2 millones de euros corresponden a las empresas castellonenses.
La práctica totalidad de los principales mercados de ‘Tile of Spain’ crecieron el pasado enero, salvo Reino Unido (-8,3 %), Italia (-1,7 %) y Polonia (-6,4 %). Francia se vuelve a poner a la cabeza del ranking con unas compras de 31,5 millones de euros, un 6 % más que en 2020. Estados Unidos, que ocupa la segunda posición, crece un 25,3 % al sumar 26 millones de euros. Pero los crecimientos más espectaculares los protagonizan Arabia Saudí, que ha registrado un crecimiento del 381,5 %, República Dominicana, que ha aumentado sus compras de cerámica española un 57,4 %; y Emiratos Árabes Unidos, cuya demanda se ha incrementado un 56,3 %.
El ranking de los 15 primeros destinos internacionales de las baldosas cerámicas españolas lo completan Marruecos (12,6 %), Alemania (6,4 %), Israel (19.8 %), Bélgica (13,7 %), Portugal (10,4 %), Países Bajos (12,3 %) y México (7,8 %).
La industria azulejera española ha comenzado 2021 mejor que cerró 2020 que, pese a todo tampoco fue un mal año, ya que acabó con cifras positivas o mejor dicho «moderadamente positivas», como asegura el presidente de la patronal Ascer, Vicente Nomdedeu: «A pesar de la difícil situación que viven la mayoría de los sectores económicos en España, nosotros podemos decir que la industria azulejera ha finalizado 2020 con unos resultados moderadamente positivos, aunque nuestras previsiones al inicio del año eran muy superiores a los resultados obtenidos». En este sentido, Nomdedeu asegura que la exportación «registró el año pasado un crecimiento de un 4,4%, y las ventas nacionales decrecieron un 4%, dejando un balance final de un crecimiento de la facturación total del 2,3%, sumando unas ventas de 3.842 millones de euros».
De hecho, tras los meses más duros de la pandemia, en los cuales se experimentaron caídas en las ventas de casi un 50 %, como ocurrió en marzo y abril, meses en los que el país, así como numerosos países del mundo, estaban prácticamente cerrados, el sector ha ido recuperando progresivamente su actividad, sobre todo en mercados internacionales.
«La cerámica es un sector netamente exportador: el cuarto que más superávit aporta a la balanza comercial nacional, con 2.700 millones de euros en 2019, cifra que ha contribuido a reducir el déficit comercial de España en un 8 %», explica Nomdedeu, quien recuerda que el clúster cerámico castellonense representa 14,4 % del PIB industrial de la Comunitat Valenciana y supone más del 20 % del total del PIB de la provincia de Castellón. «Tenemos un efecto tractor y multiplicador muy importante ya que por cada euro de PIB directo del sector aporta 2,1 euros de PIB adicional a la economía de España, y por cada empleo directo del sector, aporta 2,8 empleos adicionales a la economía española. Y este peso tiene que ser reconocido y apoyado por nuestras Administraciones», afirma el máximo representante de la patronal azulejera.
La pandemia
Nomdedeu resalta que debido a la covid-19 «el sector ha dejado de facturar, según las previsiones que realizamos a principios de año, entre 5 y 6 puntos». Y también que la recuperación de las ventas registradas en la segunda mitad del pasado ejercicio, y que también califica de «moderada», no se produjo por igual en todas las empresas del sector: «Hay empresas que crecen, pero hay otras que están atravesando serias dificultades», explicó.
En cualquier caso, el presidente de Ascer afirma que la pandemia ha servido para «demostrar que la industria debe adquirir mayor peso y representación en la economía nacional, porque la industria en general y el clúster cerámico de manera particular, somos generadores de riqueza y de empleo estable y de calidad».
La covid-19 es, ahora mismo, uno de los grandes retos a los que tiene que hacer frente las empresas productoras de pavimentos y revestimientos cerámico: «Nos preocupa el futuro inmediato, pero también a medio y a largo plazo, porque la pandemia es cosa de años, y la incertidumbre, la pérdida de empleo y el deterioro económico se están prolongado demasiado en el tiempo con repercusiones irreparables para algunos sectores y algunas economías», puntualiza Vicente Nomdedeu.
La crisis sanitaria derivada de la covid-19 también se ha dejado sentir en la producción de baldosas. Las fábricas de pavimentos y revestimientos cerámicos de la Comunitat Valenciana, que suman más del 95 % del total fabricado a nivel nacional, registró en 2020 una caída del 4,7%. Una caída de la producción que, de alguna manera, sirve para equilibrar la oferta y la demanda y, por lo tanto, reducir el volumen de material inmovilizado en los almacenes de las azulejeras, y que fue uno de los principales problemas que tuvo que soportar el sector durante la crisis económica iniciada en 2008. En este sentido, hay que recordar que el sector azulejero español produjo en 2019, y, según fuentes de la patronal Ascer, ascendió a 510 millones de metros cuadrados.