Llevan años en tierra, cogiendo polvo, oxidándose y sin que nadie las reclame. Así que, como quien sube a una web de segunda mano aquel objeto que ya no usa y del que todavía puede arañar algún dinero, Aena decidió hace algo más de año y medio abrir un proceso para sacarlas a subasta pública a precio de saldo. Se trata de 23 aeronaves en situación de abandono estacionadas en el Aeropuerto de València y por las que desde hoy cualquier ciudadano puede pujar. Su precio de salida: la módica cantidad de 2.000 euros por unidad. ¿Quién da más?
Probablemente nadie. En su gran mayoría son pequeñas avionetas, algunas de las cuales llevan sin alzar el vuelo desde hace más de una década, según confirman fuentes de la gestora aeroportuaria, y cuyo destino más probable es el desmantelamiento para su venta por piezas, pues ponerlas a punto dispararía el precio. Además, según fuentes del sector consultadas por este diario, apenas ocho estarían en condiciones de poder rehabilitarse.
Agolpadas de forma desordenada junto a la rampa 4 de la plataforma sur del aeropuerto de Manises, esta veintena de aeronaves ilustra lo que dejó tras de sí la crisis financiera de 2008. Algunas llevan abandonadas desde entonces. La infraestructura tenía mucha actividad de aviación no comercial, pero el crack de la economía mundial dejó tocados a muchos bolsillos entonces pudientes, que por lo visto tuvieron que renunciar a algunos hobbies como el de volar.
Una afición que no es barata y que requiere afrontar gastos regulares de mantenimiento, tasas, horas de vuelo... Además, añaden otras fuentes conocedoras del aeropuerto, las tarifas de Manises son mucho más elevadas que las de otros como Castelló.
El trámite se inició en noviembre de 2019 y encara ahora su recta final. La normativa obliga a Aena a publicar en el BOE la relación de aeronaves que se sospecha están en situación de abandono (modelo y matrícula) durante tres meses consecutivos y dejar pasar un año tras la última aparición en el BOE. Si no se obtiene respuesta, se inicia la subasta. Así, el BOE oficializó ayer la apertura del plazo de presentación de ofertas, que es de un mes a contar desde el día siguiente de la publicación. Es decir, hoy.
La subasta se plantea con once lotes individuales, a 2.000 euros por avión, y uno unitario por 8.300 en el que se incluyen 12 aeronaves, probablemente las más deterioradas y que solo sirven para chatarra. Quien gane, tiene 15 días desde la comunicación de la adjudicación para retirar la aeronave, un movimiento que ya cuesta unos 4.000 euros.
Desde Aena destacan que ha sido un proceso «muy garantista» y celebran poder deshacerse de estas aeronaves, lo que según la gestora de Manises permitirá a la infraestructura ser «más eficiente y rentable».