Como si de una multitudinaria conversación de ascensor se tratara, este viernes en València se ha hablado del tiempo. No en términos meteorológicos sino del tiempo físico. Y en concreto, sobre el que cada persona dedica a trabajar cada semana. La Cumbre Internacional sobre la Jornada de Cuatro Días ha debatido sobre las posibilidades de implantar ya esta iniciativa en aquellos sectores más digitalizados. El evento, organizado por la Generalitat y Labora, ha reunido a multitud de expertos en la materia, sindicalistas, políticos y empresarios con experiencias en la materia.

La vicepresidenta del Gobierno, Yolanda Díaz, ha sido la encargada de clausurar la primera jornada y, aunque se ha mostrado firme defensora de la necesidad de reducir las horas de trabajo semanales sin reducir los salarios, se ha desmarcado de la fórmula “rígida” de los cuatro días a la semana por la que aboga la organización del congreso y una parte del Botànic (Compromís y Podem).

En su lugar, ha llamado a explorar vías alternativas como el establecimiento de bolsas de horas al estilo nórdico "en las que los y las trabajadoras disponen de su tiempo, pudiéndolo negociar con la empresa". "No es tanto la jornada de cuatro días, que es una formulación rígida, sino abordar en conjunto el tiempo en el trabajo", ha explicado.

Díaz ha defendido que es "fundamental" debatir sobre el binomio tiempo y trabajo y ha adelantado que la futura ley de usos del tiempo que impulsa el Ministerio de Trabajo que dirige, una norma "ambiciosa que pondrá patas arriba" el mundo laboral, "no solo reducirá el tiempo de trabajo" sino que abordará otros aspectos como la presencialidad, el derecho a excedencias formativas o para viajar.

"Trabajar menos horas es trabajar mejor", ha dicho una Díaz que ha incidido en el aumento de la productividad que reporta la reducción de las horas y en cómo esa capacidad del empleado "decrece conforme avanza la jornada".

Ofensiva contra las horas extra

En ese sentido, ha denunciado que muchas de esas jornadas en España se alargan más de lo estipulado. En concreto, en la última semana se realizaron más de 6,6 millones de horas extra, casi la mitad no retribuidas, ha asegurado. Así, ha avanzado que el Ministerio de Trabajo va a iniciar una ofensiva contra estas prácticas con la puesta en marcha de un algoritmo que "fiscalizará" las horas extra y "perseguirá" las no declaradas.

Ejerciendo de anfitriona de Díaz ha estado la vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, quien ha destacado que tener un "debate honesto" sobre cómo reducir el tiempo de trabajo es una exigencia de la sociedad.

Oltra ha vinculado la alta carga de trabajo con los problemas de salud mental que se extienden entre la población. "¿Y si en vez de hacer hospitales para tratar los problemas atacamos a eso que nos enferma? Trabajamos por encima de nuestras posibilidades", ha enfatizado.

La vicepresidenta del Consell ha cerrado su intervención asegurando que la jornada de 32 horas es una medida "profundamente feminista" y que entronca con otras luchas como "la ecologista y la de justicia social".