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Sede de Caixa Popular en el Parc Tecnológic de Paterna. | LEVANTE-EMV

La cooperativas ganan terreno a la banca en créditos y depósitos en la C. Valenciana

El cierre de oficinas de las grandes entidades es uno de los factores de esa subida

Las cooperativas de crédito y las cajas rurales han ganado cuota de mercado a los bancos y las cajas de ahorros en la Comunitat Valenciana en la última década, justo después del gran proceso de concentración del sector que provocó la crisis financiera de principios de la pasada década. Los últimos datos de la conselleria de Hacienda, correspondientes al cierre del tercer trimestre de 2022, ponen de relieve cómo las cooperativas han reducido la distancia con bancos y cajas de forma singular en el volumen de depósitos. En 2012, acaparaban el 12,23 % del total, mientras que diez años más tarde dicho porcentaje había subido al 15,13 %. En paralelo, sus competidores han bajado del 87,77 % al 84,87 %.

Algo similar sucede con los créditos. En este caso, las cooperativas han ganado poco más de dos puntos y su cuota de mercado ha pasado del 8,65 % de 2012 al 10,79 % de 2022, mientras que bancos y cajas han bajado del 91,35 % al 89,21 %.

Cambio

El panorama financiero en la autonomía ha cambiado de forma sustancial en los últimos quince años, cuando se inició la Gran Recesión. Solo ha quedado una caja de ahorros, la de Ontinyent, y las restantes han desaparecido dentro de otras entidades, como CaixaBank o el Sabadell. También se esfumó el Banco de Valencia. En las rurales, Cajamar absorbió entidades valencianas como Ruralcaja o Caja Campo y creó un grupo cooperativo del que forman parte dos decenas de cooperativas de la autonomía. Se mantienen independientes y en su mayoría vinculadas al Grupo Caja Rural, otra decena de firmas. Por tanto, todo el sector ha sufrido una gran reconversión.

Así las cosas, ¿por qué ganan mercado las cooperativas, cuyo tamaño como entidades es infinitamente inferior al de los bancos? El director general de Caixa Popular, Rosendo Ortí, aporta cuatro argumentos para esa tendencia. El primero de ellos está vinculado a la necesidad de los bancos de mejorar su eficiencia y hacer la transición al mundo digital, lo que les está llevando a reducir drásticamente sus oficinas y el número de empleados: «Se van de pueblos y barrios donde estamos nosotros y nos quedamos el negocio de la oficina cerrada». El segundo está vinculado «al modelo de negocio de las rurales, que apuestan por la proximidad, el trato directo con el cliente y la atención sin cita previa, mientras que los bancos casi obligan a la digitalización. El cliente lo nota. Cada año tenemos clientes que nos llegan rebotados por el trato recibido en la banca», asegura Ortí.

En tercer lugar, cita las oportunidades de inversión, es decir que, «poco a poco, las empresas empiezan a contar con nosotros». A este respecto cita las oportunidades que se le abren a la propia Caixa Popular con su reciente entrada en la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE), la inmensa mayoría de cuyos socios no trabajan con esta cooperativa. Por último, apunta el crecimiento en profesionalización que han experimentado las rurales en sus plantillas: «Ahora no hay diferencias entre el director de oficina de un banco y el de una cooperativa y el catálogo de productos es muy similar».

Cuota

Otras fuentes del sector apuntan otra variable y citan el ejemplo de CaixaBank, que quedó como el principal banco en la Comunitat Valenciana tras la fusión con Bankia. En relación con esto, precisan que, «cuando partes de un nivel de cuota tan elevado, lo normal es que, durante un tiempo, hasta que concluya el proceso de integración y se afiance la actividad de la entidad resultante, el resto de entidades aprovechen para competir y ganar cuota, y de esto se han aprovechado las cajas rurales en sus respectivos ámbitos locales».

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