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Un grupo de pescadores regresan, tras faenar, al puerto de "Hout Bay" de Ciudad del Cabo (Sudáfrica).N. BOTHMA

Expansión asiática

China acorrala a África con sus importaciones de harina de pescado y ya preocupa a Europa

Estrasburgo revela que la seguridad alimentaria del continente vecino “está en riesgo”

Insta a los productores de la UE a “diversificar” sus socios de procesamiento primario

La actividad de China en el mar no pasa desapercibida a ojos de Europa. A lo largo de 2023, múltiples agentes e instituciones comunitarias advirtieron de los riesgos que representa el avance de la potencia asiática en sectores como la pesca e infraestructuras estratégicas como los puertos. Pekín depreda; su intención, y así lo han constatado las últimas décadas, es hacerse con el control mundial de la producción primaria y su logística. Y para ello no duda en arrasar océanos, con condiciones laborales que rozan la esclavitud y ataques que conjuga sin freno contra las flotas con las que comparte caladeros. Es la intimidación del gigante, un pez al que se ha dejado crecer sin aparente supervisión, o al menos efectiva, y que ahora, cual tiburón, cerca a sus víctimas; los países subdesarrollados.

De ello informaba FARO hace un año –avanzando que China ya controla toda la logística pesquera en África con la gestión o ejecución de 60 puertos–, y el Parlamento Europeo ha vuelto a poner el foco en el tercer mayor continente del planeta, pidiendo a la Comisión Europea que elabore una estrategia para abordar el hecho de que la nación de Xi Jinping esté importando “cantidades cada vez mayores” de harina de pescado del resto del mundo, especialmente de la franja occidental de la costa africana. “Estas importaciones, y cualquier importación similar en otros lugares, podrían causar daños masivos al sector pesquero local y poner en peligro la seguridad alimentaria de África”, alerta Estrasburgo a Bruselas, instando a los productores de productos del mar de los estados miembros a “diversificar” sus socios de procesamiento.

Algas como solución

Conforme explica The Marine Ingredients Organisation (IFFO), la harina de pescado juega un papel clave como base de la alimentación acuícola. Obtenida a través de los restos de diferentes especies del mar, una vez se elimina su contenido de agua y aceite, es el ingrediente más común y conocido de los piensos que se emplean para el engorde en las piscifactorías. Su contenido energético es superior al de muchas otras proteínas, y posee una rica presencia de ácidos grasos Omega-3, DHA y EPA, indispensables para el rápido crecimiento de los animales. Es el que utilizan las macrogranjas de China, cuya acuicultura se ha multiplicado por 65 en medio siglo, y que en el litoral tropical consiguen multitud de veces mediante la sobreexplotación de especies que por lo general tienen un bajo coste.

En la última resolución en la que se pronuncia sobre las implicaciones de las operaciones pesqueras del país asiático en la pesca comunitaria y el camino a seguir, del 17 de octubre de 2023, el Parlamento Europeo solicita además a la Comisión Europea y a los estados miembros que fomenten una “creciente” y “sostenible” producción en torno a la acuicultura de la Unión Europea. En esta línea, considera crucial reducir las barreras a su desarrollo, promoviendo “la innovación en fuentes de pienso complementarios, como las algas, para evitar una mayor dependencia de las importaciones de harina de pescado”.

Trabas al trabajo bien hecho

“La intensidad de las actividades de la flota pesquera china va camino de agotar los recursos pesqueros, disminuyendo el impacto positivo resultante de los esfuerzos realizados, entre otros, por la flota de la UE”, reconoce asimismo Estrasburgo. La institución admite estar “profundamente preocupada por la información sobre las condiciones de trabajo inhumanas” de los barcos de Pekín, embarcaciones cuyos armadores reciben grandes apoyos en forma de subvenciones de toda clase de modalidades (las cifra en 7.200 millones de dólares solo en 2018) y que se caracterizan por la severa opacidad que hay en torno a su actividad: “Las distintas estimaciones sobre el tamaño de la flota china de aguas distantes oscilan entre los 2.900 y los 16.966 buques; para FAO (ONU), la flota pesquera china total cuenta con hasta 564.000”.

Con todo esto –y solicitando a Bruselas que inicie, con sus socios internacionales, una estrategia para supervisar los acuerdos bilaterales celebrados por China con vistas a evitar la distorsión de la competencia–, el Parlamento Europeo expresa su inquietud “por las noticias sobre la sobrepesca en aguas frente a África occidental, especialmente en el golfo de Guinea y el lago Volta en Ghana, en las que, según se informa, está implicada la flota de aguas distantes de China”. De igual modo, pide a la Comisión Europea que se ponga fin al uso de banderas de conveniencia; que proporcione información sobre cuántos productos capturados por buques chinos entran posteriormente en el mercado de la UE; y que colabore con las autoridades chinas en materia de sostenibilidad y competitividad, poniendo fin a situaciones como “las complejas y arbitrarias condiciones burocráticas impuestas por las autoridades chinas” a determinadas empresas europeas que desean exportar sus productos pesqueros a la nación de Xi Jinping.

Pérdida de soberanía

Solo en 2023, el Observatorio Europeo del Mercado de los Productos de la Pesca y de la Acuicultura (Eumofa) constata que Europa disparó un 23% su gasto en pescado del extranjero, rozando los 32.000 millones. Por cada euro de pescado que vendimos al exterior, apoquinamos cuatro para comprar pescado foráneo, y respecto a China también fuimos deficitarios: el país asiático vendió 637.000 toneladas de pescado a la UE (1.820 millones) pero compró poco más de 166.000 toneladas a estados miembros del bloque comunitario (por cerca de 720 millones). También el año pasado, el Comité Económico y Social Europeo (CESE) denunció el “inaceptable” control chino de los puertos de los Veintisiete. “Los riesgos de la propiedad china de los puertos europeos incluyen la posibilidad de que el flujo de mercancía entre puertos europeos se vea perturbado y de que se obtenga acceso a información confidencial sobre las operaciones de las terminales de contenedores europeas”, advirtió este organismo.

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