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Simuladores en el hangar de la Universitat Politècnica donde se cursa el máster de pilotaje de drones.levante-emv

La tecnología dron: ¿Burbuja o mercado emergente?

Más de 40 empresas valencianas y autónomos están autorizados por la Agencia Estatal de Seguridad Aérea para utilizar drones en aplicaciones del sector audiovisual, la minería, la obra pública o la restauración de edificios. Las universidades apuestan por el sector

En los últimos 14 meses, en España se han creado 700 empresas vinculadas al mercado de los drones. Sólo en Francia se han vendido 100.000 vehículos aéreos no tripulados y en EEUU esperan crear más de 100.000 empleos hasta 2019 en este sector. Las previsiones son esperanzadoras y la clarificación de la regulación de su uso en España en el último año empieza a ofrecer seguridad jurídica a quienes quieren invertir. Los expertos se dividen entre los que vaticinan una burbuja que estallará en breve y donde sólo quedarán los más fuertes o quienes consideran que todavía existe espacio libre y camino para crecer según se van incrementando nuevas aplicaciones. Mientras, las universidades valencianas (Universitat Politècnica de València y Universidad Miguel Hernández de Elx) ya ofrecen formación de este tipo e investigan en campos relacionados como el control remoto.

La Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA), dependiente del Ministerio de Fomento, es la entidad que autoriza a los drones no deportivos el uso del espacio aéreo que no supera los 150 metros de altura. En la actualidad, en el registro de la AESA hay inscritas más de 40 empresas y autónomos valencianos, la mayoría relacionados con la grabación de imágenes aplicadas a todo tipo usos, desde el montaje de documentales a la restauración de edificios pasando por la medición de infraestructuras. La Geomática ha encontrado en estos aviones no tripulados una manera de ganar tiempo y ahorrar costes en la obtención de los datos para la construcción de obra pública como presas o carreteras. También es muy positivo en el uso agrícola: una cámara de infrarrojos permite conocer qué cultivos necesitan más agua o cuándo se debe aplicar un tratamiento determinado.

Israel Quintanilla, ingeniero en Geomática y codirector del diploma de Pilotaje y Aplicaciones de Drones (organizado por la Escuela Técnica Superior de Ingeniería del Diseño de la Universitat Politècnica de València) está convencido de que el sector puede ser fundamental en el futuro más reciente porque es «transversal» y porque está regulado por la seguridad aérea, que considera uno de los mercados que mejor funcionan en todo el mundo.

Quintanilla y su equipo, que forman a los pilotos de aviones no tripulados que posteriormente pasarán a trabajar en las empresas que apuesten por esta tecnología, han hecho un recopilatirio de la especialización de las más de 700 empresas de drones españolas que se formaron en los últimos 14 meses. Según sus últimos datos del mes de septiembre, la mayoría, 522, se dedicaban a la fotografía, filmaciones y levantamientos aéreos. Le sigue la investigación y el desarrollo, para lo que se han creado 203 firmas. 136 trabajan en la publicidad aérea, 150 en investigación y reconocimiento instrumental y 182 en observación y vigilancia. 152 se dedican a operaciones de emergencia (incluida la lucha contra incendios), 61 a tratamientos aéreos y otras 61 empresas a trabajos especiales.

Javier Sanchis, investigador del Instituto ai2 y director del Departamento de Ingeniería de Sistemas y Automática de la UPV, se muestra menos entusiasta y explica que «el mercado irá regulando el sector» porque la eclosión del uso de los drones «es un poco moda, un poco burbuja». Sanchis desarrolla junto a un equipo de otras cuatro personas un sistema para que los vehículos aéreos no tripulados vuelen solos sin la intervención humana. De momento, han conseguido con éxito la fase de despegue y trabajan en el aterrizaje. «El Ejército de EEUU ya ha conseguido hacer esto pero nosotros pretendemos conseguirlo a un bajo coste», defiende este profesor de la politécnica.

Sanchis no cree que este sector pueda crear 100.000 puestos de trabajo y duda de que Amazon lleve los paquetes a las casas mediante drones. «Me parece más una estrategia comercial», apunta. Este experto en el sector asegura que en estos momentos «hay pastel» para todas las empresas pero que el mercado se saturará y habrá una «contracción». Sanchis afirma que el punto de inflexión para los aviones no tripulados llegará «cuando empiecen a haber accidentes». Tenga un gran futuro o no, el sector tiene un presente en expansión.

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