Síguenos en redes sociales:

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Cirilo Arnandis, Presidente de Cooperatives Agro-alimentàries CV

Opinión

Promoción, promoción, promoción

El pasado martes, el president de la Generalitat, Ximo Puig presentó la nueva imagen promocional de la Naranja Valenciana y la etiqueta «Valenciana» que identificará en todos los mercados el origen de nuestras naranjas y clementinas. Justo a esta nueva identificación visual, se anunció el desarrollo de una campaña de promoción dotada con un millón de euros de presupuesto, que pretende reforzar el consumo de cítricos valencianos en la propia Comunitat, España y Europa. Sin duda, es bien recibida esta campaña, que permitirá reforzar entre los consumidores la percepción que muchos ya tienen sobre la calidad de nuestros cítricos, su singularidad y diferenciar inequívocamente nuestro origen.

La promoción es clave para prestigiar cualquier producto, impactar en sus consumidores potenciales, abrir mercados y generar valor añadido. En el caso de los cítricos, cobra un interés especial en una campaña marcada por una menor producción nacional y la previsible intención de países como Sudáfrica, Egipto, Turquía o Marruecos de derivar hacia territorio comunitario cítricos que otros años enviaban a Ucrania o Rusia, aprovechando la oportunidad otorgada por el veto de Vladimir Putin a nuestras exportaciones.

Es una lástima que, ante este escenario, no seamos capaces de sumar esfuerzos y alcanzar los consensos necesarios en el seno de Intercitrus para poner los mecanismos que nos permitan acceder a fondos europeos para desarrollar campañas de promoción adicionales. Y es que no solo tenemos que hacer frente a la competencia de los cítricos procedentes de otros países, sino también a la que representan otras frutas, que sí que desarrollan en muchas ocasiones esas campañas de promoción y publicidad para estar bien posicionadas ante los consumidores.

De la misma forma que en el ámbito político se habla de «altura de miras» o de «sentido de Estado» para alcanzar acuerdos que beneficien a la mayoría, en el sector citrícola se deberían valorar adecuadamente la capacidad de negociar y de saber cuándo conceder más allá de la visión propia, para alcanzar conjuntamente las decisiones más adecuadas. Pero... ¿cuáles son esas decisiones? Pues las que nos permitirán obtener el máximo beneficio posible para el conjunto del sector.

Esta es una noticia premium. Si eres suscriptor pincha aquí.

Si quieres continuar leyendo hazte suscriptor desde aquí y descubre nuestras tarifas.