En el núcleo del levante español, se encuentra una de las Denominaciones de Origen más antiguas e importantes de España, cuyos vinos se beben en más de 80 países y llega a comercializar 28 millones de botellas de vino cada año, satisfaciendo paladares y ganando consumidores en cada lugar dónde se descorcha una botella.

En un año señalado por la pandemia, el enoturismo se ha convertido en una de las actividades favoritas para evitar el turismo de masas. En este sentido, en la DOP Jumilla y su Ruta del Vino podrá disfrutar de forma segura de alojamientos rurales rodeados de viñedos y de visitas a bodegas emblemáticas de la zona, podrá recorrer sus calles y parajes naturales llenos de contrastes y desde el Castillo de Jumilla en lo alto del cerro, observará el casco urbano de la ciudad y todo el paisaje hermoso de montañas mediterráneas que arropan nuestro viñedo, un paisaje único y cargado de historia que no se puede perder. Esto, sumado a una copa de vino de la DOP Jumilla y una buena comida en uno de sus restaurantes supone un disfrute garantizado.

Enoturismo en un entorno privilegiado

Durante la visita a las bodegas de la DOP Jumilla, el enoturista aprenderá todo aquello relacionado con el proceso de elaboración del vino. Levante-EMV

Si algo caracteriza a la Ruta del Vino de Jumilla, además de sus excelentes vinos DOP Jumilla, es su riqueza gastronómica. Su situación entre tierras murcianas y manchegas ha dado lugar a sus platos más típicos, sus tapas, su apreciada repostería, su aceite de oliva y el auténtico sabor de sus quesos de cabra. Sin embargo, lo más destacado en su gastronomía son: el gazpacho jumillano, la gachamiga, el relleno o pelotas, las empanadas de patata, queso de cabra frito con tomate, arroz y conejo con caracoles, fritillas, el mortirigüelo o el trigoentero (una comida cuaresmal típica de Jueves Santo). En cuanto a los dulces tradicionales, el viajero podrá degustar auténticas exquisiteces, como los sequillos, rollos de vino, pirusas o cristóbalas.

Visitar una de las bodegas de la DOP Jumilla es indispensable, siendo una de las actividades más interesantes y demandadas de la zona. El abanico de bodegas es muy amplio, desde las más pequeñas y familiares hasta las más grandes e industriales, y hay para todos los gustos y necesidades. El enoturista aprenderá todo aquello relacionado con el proceso de elaboración del vino, desde la viña hasta la copa, además de las nociones básicas de cata, degustando los vinos DOP Jumilla.

Además de la opción de visitar una bodega, la zona permite realizar otro tipo de actividades, como realizar una cata de aceite o visitar el Museo del Vino en Hacienda del Carche-Casa de la Ermita.

También tendrá la oportunidad de visitar los pueblos albaceteños que forman parte de la DOP Jumilla. Hellín permite realizar una visita al Tolmo de Minateda y su centro de interpretación, un yacimiento arqueológico con muestras de poblamiento ininterrumpido desde la Edad del Bronce hasta el siglo X.

En Tobarra podrá pasear por sus calles y contemplar el convento de los franciscanos o el famoso reloj de la villa, sin olvidar el monumento al Tambor. Otra parada obligada es Albatana, que cuenta con un famoso acueducto, declarado BIC en 1990. También es muy recomendable la ruta natural por la parte norte de la Sierra del Madroño en Ontur, donde se localiza el merendero con un mirador y el aeródromo.

La DOP Jumilla reproduce en el olfato los aromas del monte mediterráneo. Levante-EMV

Los amantes de la naturaleza tienen en Fuente-Álamo la opción de hacer una ruta natural visitando Las Colleras, una serie de hendiduras geológicas en estratos calizos que reciben el nombre popular de toriles y donde se han encontrado habitaciones neolíticas, además del Cerro fortaleza, con restos neolíticos, celtíberos y romanos.

Por último, Montealegre del Castillo es un municipio caracterizado por su rica historia, en la que destaca la huella que han dejado los íberos. Muestra de ello es el Cerro de los Santos, yacimiento arqueológico que data de los siglos III al siglo I a. C. donde se halló la famosa Dama Oferente. Otras paradas obligatorias son los Arcos del Molino, la calzada romana, el castillo, la Iglesia de Santiago Apóstol o la Cruz del Humilladero.

Despierte sensaciones

Descubra miles de sensaciones en la DOP Jumilla, como la impresión que produce en nuestro olfato la percepción de los aromas de monte mediterráneo, de fruta fresca y de la madera en contacto con el vino al entrar en la sala de crianza de una bodega; sentir la brisa fresca mientras se pasea entre los viñedos de Monastrell; degustar un buen gazpacho jumillano; llenar el alma de las Fiestas de la Vendimia o deleitarse apreciando cada detalle del rico patrimonio histórico y cultural de la comarca.