Levante-EMV, Valencia Ha saltado a la fama por la construcción de 13.500 viviendas en un secarral toledano del municipio de Seseña, a una treintena de kilómetros de Madrid. Francisco Hernando, conocido como Paco El Pocero, es el icono del pelotazo urbanístico y ahora su multimillonario patrimonio está a punto de engordar con un superyate de lujo que dejará pequeño al Fortuna de la Familia Real y a los barcos en los que navegan las principales fortunas del país.

El Pocero gastará 60 millones de euros -aseguran que suele pagar al contado- a una compañía italiana por el yate Clarena II , un barco de 70 metros de eslora y 300 toneladas de peso, que dispone de helipuerto en la planta superior para evitar el tráfico entre el aeropuerto y el punto de amarre, en el puerto de Palma de Mallorca; cinco habitaciones dobles y una suite de otros 70 metros cuadrados. Para ponerlo en marcha, El Pocero tendrá a su servicio una tripulación compuesta por 30 personas.

Cuando el barco sea botado dentro de aproximadamente un año, el yate de Hernando será el más grande y lujoso de cuantos amarran en los puertos españoles. Sin embargo, para El Pocero será como superarse a sí mismo porque el yate que ha utilizado en los últimos años, el Clarena , que corresponde a las primeras y últimas letras del nombre de su mujer, Clara Audena, ya es el de mayor tamaño de España.

A Francisco Hernando -a quien hace unos años el hoy portavoz parlamentario del Partido Popular, Eduardo Zaplana, impuso la medalla al mérito del trabajo meses después de que José María Aznar le nombrara ministro de Trabajo y de ser uno de los asiduos visitantes del barco-le gustan los caprichos especialmente caros. Polémica urbanización Sólo llenar los 250.000 litros de combustible del tanque del Clarena II cuesta 260.000 euros, es decir lo mismo que un piso de los que vende en la urbanización de Seseña que lleva su nombre y que ha sido motivo de polémica al enfrentarse al alcalde de aquella localidad, gobernada por Izquierda Unida, por la falta de suministro de agua y permisos para la construcción. Con el depósito del barco lleno, el yate es capaz de dar la vuelta al mundo sin repostar, según el diario El Mundo .

A los barcos de que dispone une aviones de lujo, tiene una compañía de aviación propia para ejecutivos y acapara una de las diez primeras fortunas de España. Sin embargo, Izquierda Unida denunció en 2006 ante la fiscalía Anticorrupción las posibles relaciones entre el ex ministro de Trabajo y el polémico constructor, a quien el Gobierno retiró después la medalla que le había impuesto Zaplana. Pese al lujo que le rodea, los primeros síntomas anuncian que el negocio inmobiliario ha tocado techo y El Pocero ha decidido retirarse del negocio de la aviación para ejecutivos y ha puesto en venta su flota de cuatro aparatos.

El Pocero ha acumulado su fortuna en las últimas décadas. Trabajó como limpiador de pozos, un oficio que heredó de su padre y del que le viene el sobrenombre, pero con el paso de los años hizo fortuna en el sector inmobiliario. Su mujer, que ahora da nombre al yate de mayor tamaño de España, era una costurera de unos grandes almacenes hace sólo 30 años. Hoy su marido es uno de los mayores magnates inmobiliarios de España y su barco dejará pequeños los 27 metros del yate del empresario Alberto Cortina o los 42 del Nufer del naviero Fernando Fernández Tapias. Incluso el Pitina II de 33 metros del presidente de la constructora ACS y ex presidente del Real Madrid Florentino o al Alcor de 45 metros del dueño de Ferrovial, Rafael del Pino, parecerán lanchas neumáticas. Otro yate para las amistades El empresario tiene amarrado su actual barco en el Club de Mar de Palma de Mallorca después de años de polémicas y de que el constructor llevara ante los tribunales a sus dirigentes por no venderle el puerto.

El Clarena es un imponente yate de 46 metros de eslora y 8,4 de manga. Lo adquirió de segunda mano en 2004 con tres condiciones: pagarlo al contado, ponerlo a su nombre y que en su cubierta ondeara la bandera española. Ha sido durante años el yate más grande con bandera española que ha surcado las aguas de Baleares.

Pero en unos meses se quedará pequeño tras la botadura de su hermano mayor, el Clarena II. Además, el constructor posee un tercer barco en los amarres mallorquines. El Cala , un barco que cede a amigos y familiares. Con 30 metros de longitud, aparecía incluido en la nómina de superyates del Club de Mar.