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El presidente del Congreso, José Bono, justificó ayer la caída de la popularidad del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en la crisis económica que ha lastrado también la de otros líderes europeos. "Hay un poder ahora más globalizado. En momentos de crisis la popularidad de Sarkozy ha caído, la de la señora Merkel ha caído, y sería un verdadero milagro laico, laico en este caso, que no hubiera caído la del presidente Zapatero", dijo.

Esta situación, según él, "no es consecuencia imputable a una acción de un gobierno, y si fuera de otro modo, nadie lo entendería".

Bono hizo estas declaraciones en la Trobada Empresarial al Pirineu de la Seu d'Urgell (Lleida), con la asistencia de 550 empresarios catalanes y andorranos. Ante ellos, insistió en que gran parte de la actividad económica discurre al margen de la actividad de los gobiernos, que no emiten moneda ni fijan el precio del dinero ni el tipo de cambio. Apuntó que los Estados tienen mucho menos poder que hace un siglo porque han cedido muchas competencias a los ámbitos autonómicos y hacia Europa.

Bono también afirmó que la crisis económica precisa hombres de Estado capaces de plantear reglas duras aunque sean impopulares, porque "para ganar el futuro, a veces hay que perder las elecciones".

Lo justificó evocando al primer ministro británico Winston Churchill, porque perdió las elecciones justo después de propiciar la victoria de su país en la II Guerra Mundial.

En su discurso Bono constató que "a la gente le importa tres puñetas quién gana las elecciones; lo que le importa es llegar a final de mes". Añadió que hoy los países exigen estadistas y no hombres de partido". Sobre su posible candidatura respondió que no volvería a optar en el seno de su partido, el PSOE, para ser candidato a la presidencia del gobierno porque: "perdí cuando quise ser presidente de España, ya no lo quiero ser".