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PP de Galicia

Los deberes (gallegos) de Feijóo

El todavía presidente de la Xunta ha de resolver varias cuestiones en Galicia para poder centrarse en su tarea en Génova

Alfonso Rueda y Diego Calvo, el miércoles en el Parlamento. / XOÁN ÁLVAREZ

La entrevista con Pedro Sánchez en Moncloa, el lío del alcalde de Madrid con las comisiones por la compra de mascarillas, la posibilidad de un adelanto electoral en Andalucía , el PP de Navarra abriendo la puerta a la fusión de País Vasco y Navarra, ... estos fueron algunos de los asuntos de calado que ayer ocuparon y preocuparon al todavía presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, en su responsabilidad como líder del PP. Con un pie en Madrid y otro en Galicia, hoy tiene Consello de la Xunta, a Feijóo le urge cerrar su sucesión aquí. ¿Por qué? Porque la presidencia del PP nacional le exige todo su tiempo. Implica disponibilidad plena, pues el reto es mayúsculo: reconstruir el partido e intentar el asalto a Moncloa. Pero no solo tiene prisa, es que además debe zanjar su relevo con éxito, y además en un contexto en que ya han surgido las primeras tensiones en el PPdeG ante la nueva etapa que se abre. La entrevista de Diego Calvo, presidente del PP provincial de A Coruña, en este diario destapó lo que ya era un secreto de voces. Falta unanimidad en torno a la nueva etapa y hay movimientos para ver “qué hay de lo mío”.

Con Feijóo como gran hacedor de mayorías absolutas, el PPdeG es un ejército, con un único comandante en jefe y los demás son soldados que obedecen a pies juntillas. El PP que viene ahora se antoja diferente.

Democracia o dedazo

En política las formas son claves. Feijóo se hizo con el poder en Génova, gracias a un pacto entre barones, tras el estallido de la guerra entre Pablo Casado e Isabel Ayuso, pero se convocó un congreso y la militancia votó dos veces al nuevo presidente. En Galicia, se impone la tesis de que su relevo ha de ser elegido también en un congreso,evitando además que parezca “un dedazo” de Feijóo. La operación en Madrid se articuló de tal modo que el político de Os Peares se presentó como el candidato que respondía a la llamada de los barones para salvar el partido y luego era aclamado por los afiliados. El sucesor de Feijóo en Galicia no puede parecer una imposición, una imposición además que no convence a todos. ¿Y para cuándo? Para unos ya, en un cónclave vía exprés, como el de Sevilla, para que luego el elegido tome también las riendas de San Caetano. Es la opción que se estudia en el entorno de Feijóo. Otros defienden primero elegir sucesor en la Xunta, y dejar la presidencia del partido, para más adelante, quizás tras las elecciones municipales. ¿Por qué? Porque el presidente del PPdeG será también el candidato electoral en 2024 y hay quien ahora se ve sin opciones para la Xunta, pero quizás sí dentro de dos años.

Unidad

Feijóo no puede marcharse a Madrid a “coser” el partido, como le encomendaron Mariano Rajoy y José María Aznar el viernes en Sevilla, y dejar la formación en Galicia rota. Si los barones le han echado encima esta gran “carga” es porque lo ha hecho bien en el PPdeG, que bajo su batuta ha sido un ejemplo de unidad y de éxito electoral. Si se va a Madrid a exportar su modelo, éste no puede hacer aguas a la primera de cambio. Tampoco puede cerrar la sucesión en falso, y que la batalla por el poder orgánico se aplace. Alfonso Rueda, el candidato con más opciones para suceder a Feijóo, declaraba el miércoles: “Lo vamos a hacer bien, y llegaremos a un acuerdo”. Lanzaba este mensaje un día después de que Diego Calvo desde FARO evitase apoyarle y reivindicase el peso del PP herculino. ¿Qué hay que pactar? ¿Cesiones, por ejemplo más protagonismo en esta nueva fase para los barones? ¿La entrada de Calvo en el Consello de la Xunta sería suficiente para colmar sus aspiraciones? ¿Y Baltar, que también se ha removido, aunque ahora guarda silencio, qué ambiciona? ¿Hasta dónde están dispuestos a llegar Calvo y Baltar, se atreverían a contradecir a Feijóo y presentar una candidatura alternativa en el Congreso del PPdeG, incluso a pactarla entre ellos, o solo asistimos a un despliegue táctico para arrancar mayores cuotas de poder en el nuevo PP gallego?

Elecciones

Feijóo ha prometido que antes de junio la sucesión estará hecha. Una de las razones de tanta prisa es que las elecciones municipales están a la vuelta de la esquina. Mayo de 2023. Tras el verano, el PPdeG, que ahora tiene a un secretario xeral con funciones de presidente ejerciendo además de número 4 del PP estatal, tiene que poner en marcha la maquinaria de los comicios y para ello necesita a una dirección full time. Los cabezas de cartel están por decidir. Estos comicios son los que más se le resisten a los populares gallegos. Son la primera fuerza en la comunidad, pero no gobiernan ninguna ciudad y solo tienen una de las cuatro diputaciones. Estos comicios serán una prueba de fuego para el elegido. En caso de un mal resultado, ¿alguien pedirá su cabeza?

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