La Pirotecnia Antonio Zarzoso, en el municipio de Altura, es el último reducto del tradicional «tro de bac». Esta compañía asegura ser el único taller que, a día de hoy, continúa fabricando este artículo pirotécnico, el gran protagonista en la calle durante las «despertaes» falleras.
En la capital, solo siete comisiones han pedido a Zarzoso una nueva remesa de «tro de bac». Estas fallas son la Asociación Falla Periodista Gil Sumbiela, la comisión Azcárraga-Fernando el Católico, la de Bolsería Tros-Alt, la falla Tomasos-Carlos Cervera, la de Músico Espí-Grabador Fabregat, la comisión de Convento Santa Clara y, por último, la de Lo Rat Penat.
Aunque parece una cifra baja, el gerente de la pirotecnia Paulino Zarzoso asegura que este año, sumando los pedidos del resto de la Comunitat Valenciana «se ha incrementado la fabricación del ´tro de bac´ gracias al apoyo de las agrupaciones y las juntas falleras», explica el pirotécnico.
Actualmente, la presencia del «tro de bac» ha sido relegada a un papel secundario en las fiestas. En los últimos años, como consecuencia de la nueva regulación europea, este artículo ha perdido protagonismo en favor del «masclet» y otros petardos. Aún así, es el preferido para la «despertà».