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Las falleras participantes en el debate.c. opinión bunyol de brillants

Postura

Las falleras ven conveniente que la corte acuda a actos por separado y en solitario

El debate en el Círculo de Opinión ve necesario que haya normas y apuntan la opción del presidente infantil

El papel de las cortes de honor en el entramado de la fiesta y, más concretamente, la posibilidad de que sigan superando el concepto de "mujer florero" y se aproveche su evidente preparación es un debate pendiente de abrir a nivel de altas instancias. De momento no pasa de coloquios, pero el celebrado en el Círculo de Opinión Bunyols de Brillants tuvo el valor de ser las propias protagonistas las que opinaron. Y la conclusión es bastante evidente: la evolución es muy lenta, es más que conveniente que las cortes de honor asistan a actos como representantes de la fiesta pero ni en bloque de doce ni necesariamente con la fallera mayor. Pero para poder hacerlo, es la Junta Central Fallera la que debe dar el primer paso, aplicándolo a algunos de los actos que ellos mismos organizan.

Reducir las doce, impensable

Así se expresó en una charla donde participaron dos falleras mayores, Raquel Alario y Lucía Andrés; y dos cortesanas, Marta Sobrino y Ana Arnau, junto con la ex vicepresidenta de protocolo de la JCF Mercedes de la Guía.

Se llegó a la conclusión de que reducir el número de componentes, doce, es impensable. Y tampoco reducir la agenda de compromisos (que en el caso de la fallera mayor ya supera ampliamente el millar a lo largo de un año). La idea sería, pues, que un determinado número de falleras acudieran a un acto sin la fallera mayor, mientras en otra ocasión otra parte sí que va acompañándola y en otros va el habitual grupo de trece. La JCF es quien debería dar el primer paso, algo que ya sucede en Alicante, porque dando ejemplo acabaría por imponerse como normalidad, aunque se reconocía que «debería promoverse reuniones con agrupaciones y colectivos para explicar estos puntos, recoger opiniones y establecer unas normas para determinar en qué actos se puede disociar». Todo en aras a la persuasión. «Explicándolo no sería tan difícil entenderlo».

Y es que, de momento, el «falleramayorismo» sigue muy jerarquizado, tanto, como que se reconoció que «las quejas, propuestas o hechos que se suscitan en el grupo de trece se siguen canalizando a través de la fallera mayor».

Normas necesarias

Normas. Una palabra que causó muchos quebraderos de cabeza hace cuatro años. Las falleras aseguran que «normas de protocolo deben existir porque es conveniente conocerlas y cumplirlas». Más como una especie de «condiciones generales» que se adjuntan a tantas actividades de la sociedad. Más aún: se reconoció que las normas han existido siempre. Otra cosa es que se hicieran públicas o que se obligara a firmarlas cuando se es tan sólo candidata. Unos intríngulis de la fiesta con incidencia especialmente en las infantiles, en el sentido de que se debe tener con ellas una especial pedagogía para explicar «el qué y el como» de lo que supone el cargo.

La «FM», asesora de la JCF

También se sugirió aprovechar la experiencia de la fallera mayor saliente de turno convirtiéndola en asesora temporal de la JCF.

Otra de las novedades que está apareciendo en la escena en los últimos años es la posibilidad de que el hombre tenga participación en los cargos protocolarios, tal como sucede en algunas juntas locales. En este sentido se apuntó la posibilidad de estudiar la creación de la figura de presidente infantil.

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