El último gran promotor valenciano que logró sobrevivir al estallido de la burbuja inmobiliaria, Salvador Vila Soria, ha entrado en concurso de acreedores. El grupo Salvador Vila S.L. acumulaba a finales de 2020 (últimas cuentas depositadas en el Registro Mercantil) una deuda a corto plazo de 95 millones de euros y unos activos valorados en 105 millones. Además, el Tribunal Supremo condenó en septiembre a Vila a indemnizar al fondo público FROB con 119 millones de euros por una de las causas del Banco de Valencia (varias macrooperaciones urbanísticas financiadas por la entidad a algunos empresarios).
Salvador Vila (presidente de los promotores valencianos durante el momento álgido de la burbuja) formalizó la presentación del concurso de acreedores voluntario hace seis meses y el juzgado de lo Mercantil número 1 de Valencia ha nombrado como administrador concursal al abogado Javier López Buyé. El administrador concursal acaba de remitir al juzgado el inventario de bienes y la lista de acreedores para que los afectados se puedan personar.
El 95 % de los promotores valencianos se arruinó tras el estallido de la burbuja inmobiliaria y Salvador Vila fue de los pocos que logró resistir, aunque en los últimos años ha perdido solares valiosos como el que se adjudicó Kronos en la avenida de las Corts Valencianes de València para construir el rascacielos diseñado por Ricardo Bofill (Torre Ikon). La inmobilaria se quedó con los terrenos de Salvador Vila tras comprar la deuda hipotecaria a la Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb). Vila tenía intención de construir el rascacielos (con otro diseño), pero la llegada de la crisis tumbó su proyecto.
Memoria
La última memoria que consta en el Registro refleja que Salvador Vila S.L. tuvo 8,6 millones de euros de pérdidas en 2020. La compañía, fundada en València en 1981, tenía reconocidas a 31 de diciembre de 2020 deudas con entidades de crédito por valor de 105 millones de euros.
Según la información depositada en el Registro, el grupo tiene deudas derivadas de la acumulación de pérdidas de ejercicios anteriores. En concreto, la deuda a corto plazo representa un 90,29 % de la estructura financiera. Además, «no goza de capacidad suficiente para poder atender las deudas con vencimiento inferior a un año con los recursos disponibles a corto plazo».
Fuentes del sector explicaron que uno de los detonantes de la situación que atraviesa la compañía fueron los negocios que acometió Vila con el Banco de Valencia hace una década. La Sala Segunda del Tribunal Supremo condenó en septiembre a 3 años y 8 meses de prisión al ex consejero delegado de Banco Valencia Domingo Parra Soria por delito continuado de administración desleal; a 1 año y medio de prisión al exdirectivo de la entidad Alfonso Monferrer; y a 1 año, 1 mes y 15 días a Salvador Vila Soria y Juan Bautista Soler Luján (expresidente del Valencia CF), a estos tres últimos como cooperadores necesarios del mismo delito de administración desleal.
La causa se originó con una querella interpuesta en 2013 por el FROB, que denunciaba la conducta irregular de los directivos de la entidad en varias macrooperaciones urbanísticas financiadas por la entidad a Nou Litoral, Salvador Vila S.L. y Urbanas del Levante y que causaron un perjuicio de 160,5 millones de euros.
Las macrooperaciones que Parra llevó a cabo fueron realizadas sin seguir los protocolos establecidos por el Banco de Valencia y sin respetar las recomendaciones que había hecho el Banco de España.
