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Alfons Padilla
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A. Padilla
El jardín de los lirios de Marnes, en la falda de la Serra de Bèrnia, en Benissa, lleva ocho años abandonado. Fue la reserva de iris más importante de España. Un matrimonio de jubilados británicos, Christine Lomer y Nick Brown, plantaron en 1997 los primeros lirios. Reunieron 500 variedades de estas flores, 300 de rosas y también sembraron tulipanes y narcisos. Fue una maravillosa experiencia de jardinería. En 2015, Christine y Nick ya no se sentían con fuerzas. Cerraron y pusieron a la venta lo que era un colorido vergel de 20.000 metros cuadrados. Ahora brotan flores silvestres y, escondidos entre los arbustos, los últimos y contados lirios.
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El jardín de los lirios de Marnes, en la falda de la Serra de Bèrnia, en Benissa, lleva ocho años abandonado. Fue la reserva de iris más importante de España. Un matrimonio de jubilados británicos, Christine Lomer y Nick Brown, plantaron en 1997 los primeros lirios. Reunieron 500 variedades de estas flores, 300 de rosas y también sembraron tulipanes y narcisos. Fue una maravillosa experiencia de jardinería. En 2015, Christine y Nick ya no se sentían con fuerzas. Cerraron y pusieron a la venta lo que era un colorido vergel de 20.000 metros cuadrados. Ahora brotan flores silvestres y, escondidos entre los arbustos, los últimos y contados lirios.
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El jardín de los lirios de Marnes, en la falda de la Serra de Bèrnia, en Benissa, lleva ocho años abandonado. Fue la reserva de iris más importante de España. Un matrimonio de jubilados británicos, Christine Lomer y Nick Brown, plantaron en 1997 los primeros lirios. Reunieron 500 variedades de estas flores, 300 de rosas y también sembraron tulipanes y narcisos. Fue una maravillosa experiencia de jardinería. En 2015, Christine y Nick ya no se sentían con fuerzas. Cerraron y pusieron a la venta lo que era un colorido vergel de 20.000 metros cuadrados. Ahora brotan flores silvestres y, escondidos entre los arbustos, los últimos y contados lirios.
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El jardín de los lirios de Marnes, en la falda de la Serra de Bèrnia, en Benissa, lleva ocho años abandonado. Fue la reserva de iris más importante de España. Un matrimonio de jubilados británicos, Christine Lomer y Nick Brown, plantaron en 1997 los primeros lirios. Reunieron 500 variedades de estas flores, 300 de rosas y también sembraron tulipanes y narcisos. Fue una maravillosa experiencia de jardinería. En 2015, Christine y Nick ya no se sentían con fuerzas. Cerraron y pusieron a la venta lo que era un colorido vergel de 20.000 metros cuadrados. Ahora brotan flores silvestres y, escondidos entre los arbustos, los últimos y contados lirios.
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El jardín de los lirios de Marnes, en la falda de la Serra de Bèrnia, en Benissa, lleva ocho años abandonado. Fue la reserva de iris más importante de España. Un matrimonio de jubilados británicos, Christine Lomer y Nick Brown, plantaron en 1997 los primeros lirios. Reunieron 500 variedades de estas flores, 300 de rosas y también sembraron tulipanes y narcisos. Fue una maravillosa experiencia de jardinería. En 2015, Christine y Nick ya no se sentían con fuerzas. Cerraron y pusieron a la venta lo que era un colorido vergel de 20.000 metros cuadrados. Ahora brotan flores silvestres y, escondidos entre los arbustos, los últimos y contados lirios.
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El jardín de los lirios de Marnes, en la falda de la Serra de Bèrnia, en Benissa, lleva ocho años abandonado. Fue la reserva de iris más importante de España. Un matrimonio de jubilados británicos, Christine Lomer y Nick Brown, plantaron en 1997 los primeros lirios. Reunieron 500 variedades de estas flores, 300 de rosas y también sembraron tulipanes y narcisos. Fue una maravillosa experiencia de jardinería. En 2015, Christine y Nick ya no se sentían con fuerzas. Cerraron y pusieron a la venta lo que era un colorido vergel de 20.000 metros cuadrados. Ahora brotan flores silvestres y, escondidos entre los arbustos, los últimos y contados lirios.
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El jardín de los lirios de Marnes, en la falda de la Serra de Bèrnia, en Benissa, lleva ocho años abandonado. Fue la reserva de iris más importante de España. Un matrimonio de jubilados británicos, Christine Lomer y Nick Brown, plantaron en 1997 los primeros lirios. Reunieron 500 variedades de estas flores, 300 de rosas y también sembraron tulipanes y narcisos. Fue una maravillosa experiencia de jardinería. En 2015, Christine y Nick ya no se sentían con fuerzas. Cerraron y pusieron a la venta lo que era un colorido vergel de 20.000 metros cuadrados. Ahora brotan flores silvestres y, escondidos entre los arbustos, los últimos y contados lirios.
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El jardín de los lirios de Marnes, en la falda de la Serra de Bèrnia, en Benissa, lleva ocho años abandonado. Fue la reserva de iris más importante de España. Un matrimonio de jubilados británicos, Christine Lomer y Nick Brown, plantaron en 1997 los primeros lirios. Reunieron 500 variedades de estas flores, 300 de rosas y también sembraron tulipanes y narcisos. Fue una maravillosa experiencia de jardinería. En 2015, Christine y Nick ya no se sentían con fuerzas. Cerraron y pusieron a la venta lo que era un colorido vergel de 20.000 metros cuadrados. Ahora brotan flores silvestres y, escondidos entre los arbustos, los últimos y contados lirios.
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El jardín de los lirios de Marnes, en la falda de la Serra de Bèrnia, en Benissa, lleva ocho años abandonado. Fue la reserva de iris más importante de España. Un matrimonio de jubilados británicos, Christine Lomer y Nick Brown, plantaron en 1997 los primeros lirios. Reunieron 500 variedades de estas flores, 300 de rosas y también sembraron tulipanes y narcisos. Fue una maravillosa experiencia de jardinería. En 2015, Christine y Nick ya no se sentían con fuerzas. Cerraron y pusieron a la venta lo que era un colorido vergel de 20.000 metros cuadrados. Ahora brotan flores silvestres y, escondidos entre los arbustos, los últimos y contados lirios.
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El jardín de los lirios de Marnes, en la falda de la Serra de Bèrnia, en Benissa, lleva ocho años abandonado. Fue la reserva de iris más importante de España. Un matrimonio de jubilados británicos, Christine Lomer y Nick Brown, plantaron en 1997 los primeros lirios. Reunieron 500 variedades de estas flores, 300 de rosas y también sembraron tulipanes y narcisos. Fue una maravillosa experiencia de jardinería. En 2015, Christine y Nick ya no se sentían con fuerzas. Cerraron y pusieron a la venta lo que era un colorido vergel de 20.000 metros cuadrados. Ahora brotan flores silvestres y, escondidos entre los arbustos, los últimos y contados lirios.
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El jardín de los lirios de Marnes, en la falda de la Serra de Bèrnia, en Benissa, lleva ocho años abandonado. Fue la reserva de iris más importante de España. Un matrimonio de jubilados británicos, Christine Lomer y Nick Brown, plantaron en 1997 los primeros lirios. Reunieron 500 variedades de estas flores, 300 de rosas y también sembraron tulipanes y narcisos. Fue una maravillosa experiencia de jardinería. En 2015, Christine y Nick ya no se sentían con fuerzas. Cerraron y pusieron a la venta lo que era un colorido vergel de 20.000 metros cuadrados. Ahora brotan flores silvestres y, escondidos entre los arbustos, los últimos y contados lirios.
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El jardín de los lirios de Marnes, en la falda de la Serra de Bèrnia, en Benissa, lleva ocho años abandonado. Fue la reserva de iris más importante de España. Un matrimonio de jubilados británicos, Christine Lomer y Nick Brown, plantaron en 1997 los primeros lirios. Reunieron 500 variedades de estas flores, 300 de rosas y también sembraron tulipanes y narcisos. Fue una maravillosa experiencia de jardinería. En 2015, Christine y Nick ya no se sentían con fuerzas. Cerraron y pusieron a la venta lo que era un colorido vergel de 20.000 metros cuadrados. Ahora brotan flores silvestres y, escondidos entre los arbustos, los últimos y contados lirios.
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El jardín de los lirios de Marnes, en la falda de la Serra de Bèrnia, en Benissa, lleva ocho años abandonado. Fue la reserva de iris más importante de España. Un matrimonio de jubilados británicos, Christine Lomer y Nick Brown, plantaron en 1997 los primeros lirios. Reunieron 500 variedades de estas flores, 300 de rosas y también sembraron tulipanes y narcisos. Fue una maravillosa experiencia de jardinería. En 2015, Christine y Nick ya no se sentían con fuerzas. Cerraron y pusieron a la venta lo que era un colorido vergel de 20.000 metros cuadrados. Ahora brotan flores silvestres y, escondidos entre los arbustos, los últimos y contados lirios.
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