La senda zigzaguea por una pinada frondosa y bellísima, y desemboca en una suerte de miradores con muretes de piedra en los que se leen frases en latín "escritas" con pequeños cantos rodados. El paisaje es homérico (quizás sería más propio decir virgiliano). Los vecinos de Xàbia de los años 20 y 30 del siglo XX le dieron a este litoral el nombre de cala del Francés. Fue un homenaje a aquellos cultísimos señores (André Lambert y su padre André-Louis Lambert) hechizados por este litoral. La impronta de los Lambert está en el paisaje.
La mágica cala del Francés de Xàbia
A. Padilla
La senda zigzaguea por una pinada frondosa y bellísima, y desemboca en una suerte de miradores con muretes de piedra en los que se leen frases en latín "escritas" con pequeños cantos rodados. El paisaje es homérico (quizás sería más propio decir virgiliano). Los vecinos de Xàbia de los años 20 y 30 del siglo XX le dieron a este litoral el nombre de cala del Francés. Fue un homenaje a aquellos cultísimos señores (André Lambert y su padre André-Louis Lambert) hechizados por este litoral. La impronta de los Lambert está en el paisaje.
La mágica cala del Francés de Xàbia
A. Padilla
La senda zigzaguea por una pinada frondosa y bellísima, y desemboca en una suerte de miradores con muretes de piedra en los que se leen frases en latín "escritas" con pequeños cantos rodados. El paisaje es homérico (quizás sería más propio decir virgiliano). Los vecinos de Xàbia de los años 20 y 30 del siglo XX le dieron a este litoral el nombre de cala del Francés. Fue un homenaje a aquellos cultísimos señores (André Lambert y su padre André-Louis Lambert) hechizados por este litoral. La impronta de los Lambert está en el paisaje.
La mágica cala del Francés de Xàbia
A. Padilla
La senda zigzaguea por una pinada frondosa y bellísima, y desemboca en una suerte de miradores con muretes de piedra en los que se leen frases en latín "escritas" con pequeños cantos rodados. El paisaje es homérico (quizás sería más propio decir virgiliano). Los vecinos de Xàbia de los años 20 y 30 del siglo XX le dieron a este litoral el nombre de cala del Francés. Fue un homenaje a aquellos cultísimos señores (André Lambert y su padre André-Louis Lambert) hechizados por este litoral. La impronta de los Lambert está en el paisaje.
La mágica cala del Francés de Xàbia
A. Padilla
La senda zigzaguea por una pinada frondosa y bellísima, y desemboca en una suerte de miradores con muretes de piedra en los que se leen frases en latín "escritas" con pequeños cantos rodados. El paisaje es homérico (quizás sería más propio decir virgiliano). Los vecinos de Xàbia de los años 20 y 30 del siglo XX le dieron a este litoral el nombre de cala del Francés. Fue un homenaje a aquellos cultísimos señores (André Lambert y su padre André-Louis Lambert) hechizados por este litoral. La impronta de los Lambert está en el paisaje.
La mágica cala del Francés de Xàbia
A. Padilla
La senda zigzaguea por una pinada frondosa y bellísima, y desemboca en una suerte de miradores con muretes de piedra en los que se leen frases en latín "escritas" con pequeños cantos rodados. El paisaje es homérico (quizás sería más propio decir virgiliano). Los vecinos de Xàbia de los años 20 y 30 del siglo XX le dieron a este litoral el nombre de cala del Francés. Fue un homenaje a aquellos cultísimos señores (André Lambert y su padre André-Louis Lambert) hechizados por este litoral. La impronta de los Lambert está en el paisaje.
La mágica cala del Francés de Xàbia
A. Padilla
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La mágica cala del Francés de Xàbia
A. Padilla
La senda zigzaguea por una pinada frondosa y bellísima, y desemboca en una suerte de miradores con muretes de piedra en los que se leen frases en latín "escritas" con pequeños cantos rodados. El paisaje es homérico (quizás sería más propio decir virgiliano). Los vecinos de Xàbia de los años 20 y 30 del siglo XX le dieron a este litoral el nombre de cala del Francés. Fue un homenaje a aquellos cultísimos señores (André Lambert y su padre André-Louis Lambert) hechizados por este litoral. La impronta de los Lambert está en el paisaje.
La mágica cala del Francés de Xàbia
A. Padilla
La senda zigzaguea por una pinada frondosa y bellísima, y desemboca en una suerte de miradores con muretes de piedra en los que se leen frases en latín "escritas" con pequeños cantos rodados. El paisaje es homérico (quizás sería más propio decir virgiliano). Los vecinos de Xàbia de los años 20 y 30 del siglo XX le dieron a este litoral el nombre de cala del Francés. Fue un homenaje a aquellos cultísimos señores (André Lambert y su padre André-Louis Lambert) hechizados por este litoral. La impronta de los Lambert está en el paisaje.
La mágica cala del Francés de Xàbia
A. Padilla
La senda zigzaguea por una pinada frondosa y bellísima, y desemboca en una suerte de miradores con muretes de piedra en los que se leen frases en latín "escritas" con pequeños cantos rodados. El paisaje es homérico (quizás sería más propio decir virgiliano). Los vecinos de Xàbia de los años 20 y 30 del siglo XX le dieron a este litoral el nombre de cala del Francés. Fue un homenaje a aquellos cultísimos señores (André Lambert y su padre André-Louis Lambert) hechizados por este litoral. La impronta de los Lambert está en el paisaje.
La mágica cala del Francés de Xàbia
A. Padilla
La senda zigzaguea por una pinada frondosa y bellísima, y desemboca en una suerte de miradores con muretes de piedra en los que se leen frases en latín "escritas" con pequeños cantos rodados. El paisaje es homérico (quizás sería más propio decir virgiliano). Los vecinos de Xàbia de los años 20 y 30 del siglo XX le dieron a este litoral el nombre de cala del Francés. Fue un homenaje a aquellos cultísimos señores (André Lambert y su padre André-Louis Lambert) hechizados por este litoral. La impronta de los Lambert está en el paisaje.
La mágica cala del Francés de Xàbia
A. Padilla
La senda zigzaguea por una pinada frondosa y bellísima, y desemboca en una suerte de miradores con muretes de piedra en los que se leen frases en latín "escritas" con pequeños cantos rodados. El paisaje es homérico (quizás sería más propio decir virgiliano). Los vecinos de Xàbia de los años 20 y 30 del siglo XX le dieron a este litoral el nombre de cala del Francés. Fue un homenaje a aquellos cultísimos señores (André Lambert y su padre André-Louis Lambert) hechizados por este litoral. La impronta de los Lambert está en el paisaje.
La senda zigzaguea por una pinada frondosa y bellísima, y desemboca en una suerte de miradores con muretes de piedra en los que se leen frases en latín "escritas" con pequeños cantos rodados. El paisaje es homérico (quizás sería más propio decir virgiliano). Los vecinos de Xàbia de los años 20 y 30 del siglo XX le dieron a este litoral el nombre de cala del Francés. Fue un homenaje a aquellos cultísimos señores (André Lambert y su padre André-Louis Lambert) hechizados por este litoral. La impronta de los Lambert está en el paisaje.