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Alfons Padilla
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A. P. F.
Sobrecogidos. Los vecinos desalojados por el incendio de Tàrbena están ya regresando a sus casas y encuentran un paisaje negro y devastado. El fuego ha destruido el Barranc de Saco y las laderas oeste de la Serra de Ferrer y sur del Coll de Rates. El incendio ha arrasado 700 hectáreas de masas forestales y cultivos. Una vez más, los campos cultivados han actuado como cortafuegos naturales. Pero con el abandono de la agricultura se pierde este aliado contra los incendios. Este desastre natural es otro duro golpe para las montañas del interior de la Marina.
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Sobrecogidos. Los vecinos desalojados por el incendio de Tàrbena están ya regresando a sus casas y encuentran un paisaje negro y devastado. El fuego ha destruido el Barranc de Saco y las laderas oeste de la Serra de Ferrer y sur del Coll de Rates. El incendio ha arrasado 700 hectáreas de masas forestales y cultivos. Una vez más, los campos cultivados han actuado como cortafuegos naturales. Pero con el abandono de la agricultura se pierde este aliado contra los incendios. Este desastre natural es otro duro golpe para las montañas del interior de la Marina.
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Sobrecogidos. Los vecinos desalojados por el incendio de Tàrbena están ya regresando a sus casas y encuentran un paisaje negro y devastado. El fuego ha destruido el Barranc de Saco y las laderas oeste de la Serra de Ferrer y sur del Coll de Rates. El incendio ha arrasado 700 hectáreas de masas forestales y cultivos. Una vez más, los campos cultivados han actuado como cortafuegos naturales. Pero con el abandono de la agricultura se pierde este aliado contra los incendios. Este desastre natural es otro duro golpe para las montañas del interior de la Marina.
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