El oleaje destroza la tubería que abastece al Mareny de Sant Llorenç

El ayuntamiento de Cullera trasladará la canalización para evitar la erosión del mar

Estado de una de las arquetas de la canalización del agua en la playa del Dosser.

Estado de una de las arquetas de la canalización del agua en la playa del Dosser. / Joan R. Gimeno

Joan R. Gimeno

El oleaje provocado por el temporal marítimo también azotó ayer con fuerza el litoral de la Ribera. A falta de conocer los efectos que la erosión marina ha provocado esta vez en una costa ya muy castigada, ayer dejó otro efecto colateral importante: volvió a destrozar parte de la canalización del agua potable que Cullera envía al Mareny de Sant Llorenç para garantizar el suministro a esa pedanía y a las numerosas segundas residencias esparcidas por la zona.

La regresión de las playas ha dejado esa tubería a merced de los cada vez más frecuentes y dañinos temporales que se generan en el Mediterráneo peninsular por los efectos del cambio climático. El volumen de arena es cada vez menor y el considerable tamaño que exhibía el cordón dunar en El Dosser ha ido reduciéndose con el tiempo y hoy ya resulta vulnerable.

Tanto es así que la fuerza del oleaje volvió ayer a desenterrar la canalización hasta destrozarla en algunos tramos. El Ayuntamiento de Cullera, consciente del peligro, llevaba mucho tiempo pendiente de las autorizaciones que permitan trasladar la tubería hacia el interior para no dejarla al albur de los temporales.

Las restricciones urbanísticas que imperan en la zona, sometida a las normas de protección del parque natural de l’Albufera, ha retrasado el trámite administrativo, pero el gobierno local espera iniciar pronto las obras.

Cullera y El Perelló, las zonas más afectadas por el temporal, esperan realizar hoy un balance de los daños causados.