«Hoy es un día importante para el futuro, la historia y la idiosincrasia de Picassent». Así se expresaba ayer la alcaldesa Conxa García minutos antes de firmar el acta de replanteo de la obra de restauración integral de la Torre de Espioca. Este trámite, que sigue a la adjudicación y firma del contrato, y precede al inicio de la obra, se celebró ayer en la sala de juntas del consistorio. Con García estuvieron presentes los ediles Lola Albert (Urbanismo) y Jaume Sobrevela (Cultura), ambos implicados en el proceso. Y por parte de las firmas que acometerán la intervención, rubricaron el documento Amparo Sebastià Esteve, arquitecta deFabricante de Esferas, responsable de la redacción y supervisión, y Sergio Romero, de la compañía Llop Proyectos Integrales, adjudicataria de la obra, acompañados de otros técnicos de sus respectivas firmas. El arquitecto miembro del servicio de inspección de la dirección general de Patrimonio, Rubén Muñoz, fue el testigo de la firma.
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El replanteo da inicio a la actuación en Espioca, que tiene una duración prevista de cinco meses y que tendrá diversas fases. De este modo y según quedó establecido ayer sobre el terreno, a partir del lunes comenzará el traslado del material necesario a la parcela donde se ubica el monumento y la preparación de los suministros. Para ello, el terreno de acceso, que es privado y pertenece a una parte de la antigua propiedad de la torre, ha sido limpiado y podado, lo que permitirá llevar hasta allí la maquinaria.
Respecto a la planificación, a los pies de la Torre se indicó ayer que la primera fase consistirá en realizar una serie de excavaciones y catas arqueológicas en una superficie de unos 14 metros de diámetro, donde se actuará durante varios meses. Además, se realizarán prospecciones en el propio subsuelo del monumento. Esta actividad es necesaria no solo porque el inmueble es Bien de Interés Cultural (BIC) sino porque nunca antes se han desarrollado trabajos arqueológicos en este punto, del que todavía se desconocen muchos detalles.
Posteriormente se instalarán los andamios para iniciar la rehabilitación propiamente dicha de la Torre que, según los informes del proyecto, tiene riesgo de colapso. Amparo Sebastià indicó ayer que la escalera interior, que no era original pero que en un momento de la historia se construyó, ejercía de elemento cohesionador y, cuando fue demolida, el monumento quedó en parte sin sujeción. Con todo, la experta señaló que su forma ligeramente más estrecha de arriba que de la base ha evitado «que se abra» y el arquitecto técnico Fermín Font apuntó que «tiene una base muy pequeña pero muy sólida». Probablemente estos dos elementos la han mantenido en pie, a pesar del paso del tiempo y la falta de mantenimiento.
Durante los trabajos, se elaborará una memoria mensual que acompañará las certificaciones en la que se indicarán los hallazgos arqueológicos, los aspectos que se descubran sobre la técnica constructiva y otros detalles «que permitirán dar difusión al proyecto». Sobre este punto, la alcaldesa Conxa García agradeció la posibilidad de «ir contando a la gente el día a día de los trabajos» y no descartó otra exposición similar a la actual que refleje todo aquello que se descubra.
La mandataria agradeció, una vez más, la implicación de la Conselleria de Cultura en este proceso, ya que sufraga la restauración con 152.000 euros. Para llegar a este punto, el consistorio negoció la cesión por 50 años de la torre al municipio, un proceso que se prolongó meses al estar en manos de dos grupos (una familia de Madrid con sus ramificaciones y una promotora de Benetússer). «El día de hoy significa que, después de muchos años de reivindicación, la obra de la Torre de Espioca, nuestro principal símbolo, ya va a comenzar», dijo.