La pandemia ha impactado de forma especial en el arte. Novelas, relatos, obras pictóricas y otras expresiones, que se gestaron en los meses de confinamiento, han copado la agenda de presentaciones y muestras en los municipios de la comarca en los últimos meses. En algunos casos, la cuarentena y toda la incertidumbre que generó aquel proceso ha supuesto un antes y un después en la creación artística. Uno de los ejemplos es el de Neus Chisbert, artista paiportina que esta semana inaugura una exposición en el Museo de la Rajoleria, con obras bastantes diferentes a su estilo anterior.

"A raíz de la pandemia, comencé a hacer cosas muy diferentes en pintura y en tapices. El arte es sacar cosas del interior. Un amigo que vio el trabajo me animó a mostrarlo públicamente y así nació esta iniciativa", ha explicado Chisbert a Levante-EMV. "Moments de Neus" es el título de la muestra que recoge obras nacidas de sus manos en los dos últimos años. Se inaugura el 15 de septiembre y permanecerá instalada hasta el 30 del mismo mes.

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La obra de Neus Gisbert L.S.

La exposición se compone de 46 obras seleccionadas de la artista y se estructura en cinco partes. La primera se compone de cartones reciclados, fragmentados para crear una composición, que incluye ropa en desuso. "Coser y remendar es algo que siempre he llevado dentro", reconoce la artista. También se muestra una parte de originales tapices, una modalidad que siempre ha practicado. "Expressions" es otro de los apartados, que incluye caras pintadas. El cuarto sería una selección de grafías que configuran paisajes. Y finalmente hay obras dedicadas a Altea, paisajes a base de cartones cosidos con el color de las vistas que Chisbert percibe en sus estancias allí. Todo el recorrido está acompañado de música obra de su hijo Nestor Calderer, que ha hecho composiciones para cada tramo, y de poemas de Déborah Vukusic.

Una larga trayectoria

Neus Chisbert se dedica al arte desde su juventud aunque hacía dos décadas que no participaba en una exposición de esta envergadura. Estudió cerámica artística y peritaje cerámico y se dedicó a esta disciplina durante sus primeros años, teniendo incluso un horno propio. Los cambios de residencia y de normativa impidieron que pudiera cocer las piezas y fue entonces cuando estudió Bellas Artes y se especializó en escultura. Siempre compaginó la creación con su trabajo en la empresa familiar. En los últimos tiempos, había aparcado la escultura y la cerámica para centrarse en la reconversión de viejos materiales. En los años 80 participó en exposiciones individuales y colectivas (una de ellas en el González Martí).