En Chiva se ubicará el primer campo de vuelo de drones de la Comunitat Valenciana dedicado únicamente a la formación de pilotos especializados. Es el único específico en enseñanza y contará con un hangar, aulas, una pista de 120 metros de longitud para drones tipo avión y de dos plataformas de despegue y aterrizaje. Una infraestructura que ha impulsado la empresa Eagle Dron, quien ha presentado en conselleria toda la documentación para obtener los permisos necesarios y cambiar el uso del suelo para destinarlo a actividades formativas que, en este caso, se trata de la herramienta que más y mejor se ha implementado en algunos sectores: el pilotaje de drones.
Guardia Civil, Policía Nacional, Policía Local, bomberos o servicios de emergencia se forman habitualmente en esta escuela en tareas de rescate, localización, vigilancia, orden público, controles de vertidos y hasta diseño de mapas topográficos. Los drones se han colado en ciertas profesiones y se perfilan ya como indispensables. EagleDron abrió sus puertas en Cheste en 2016 y han pasado por allí casi 3.000 alumnos y alumnas. La semana que viene llegarán a sus aulas agentes de la Policía Local de Xirivella, y los de Burjassot comenzaron a operar la semana pasada.
«Hemos pasado de ver a los drones como aeromodelos en 2007 a que dieran el salto a la vida laboral a partir de 2014», explica Juan Manuel Gil, exmiembro de la Unidad Aérea de la Guardia Civil, experto en normativa aeronáutica y de drones, y responsable de la escuela de pilotos EagleDron. De ahí su pasión por la aeronáutica y que ahora prepare a otros compañeros del sector. Los más de diez profesores y profesoras que imparten clase en el centro son controladores aéreos y pilotos tanto de avión como de helicóptero. «Desde que entrara en vigor la normativa europea en 2020, todo el mundo tiene que tener una mínima formación para pilotar un dron, tanto teórica, con toda la legislación que lo regula, como práctica, y para eso tenemos un campo de vuelo donde la enseñanza es personalizada», explica Gil.
El ‘boom’ que ha habido con estos aparatos ha obligado a las administraciones a regular su uso de forma más que restrictiva. En España, la ley de 2014 apenas dejaba margen para utilizarlos; todo se ha relajado considerablemente con el Reglamento de Ejecución 2019/947 de la Unión Europea. Sin embargo, según el uso que vaya a darse al dron, se regula con la norma española o la europea. «Realizamos asesoría a los organismos por toda la documentación que se exige para volar», explica Gil.
Formación a los más pequeños
El campo de vuelo que se encuentra ahora en fase de tramitación no solo servirá para enseñar a adultos. La intención de EagleDron es formar en aeronáutica a los más pequeños con un campus de verano a fin de transmitir el gusto por esta disciplina entre los más jóvenes. Se formarán en tres perfiles: piloto, mecánico y controlador aéreo, con materias teóricas en castellano e inglés. «Es una forma de meterles el gusanillo por la aeronáutica a los niños y niñas que ya les interese», apunta Gil.
