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Testimonios

Una valenciana, testigo directo: "Escuché la explosión, tembló el suelo y vi gente correr"

La valenciana María Sierra reside junto al Manchester Arena y relata su experiencia tras el atentado

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Una valenciana, testigo directo del atentado en Manchester

María Sierra asegura que tuvo suerte. La joven valenciana de 27 años vive cerca del estadio Manchester Arena y ayer se encontraba de regreso a su casa cuando escuchó la explosión que ha causado una veintena de muertos y decenas de heridos. O fue por azar o fue casualidad, pero María tenía ayer dos opciones para bajarse del tranvía en el que viajaba tras participar en un torneo de tenis: o la última parada, la más próxima al estadio, o la anterior, para dar un paseo. Eligió la segunda opción y ahora se plantea qué hubiera pasado si el atentado le hubiera pillado más cerca. "No quiero ni pensarlo", asegura. "Me apetecía dar un paseo y fue un acierto porque hubiera llegado antes y habría estado aún más cerca", afirma.

La joven valenciana se encontraba paseando camino a su domicilio cuando el suelo tembló bajo sus pies. "El ruido fue tremendo y tembló todo. El temblor fue espectacular y me asusté, la verdad porque no entendía qué podía haber sido. No pensé que fuera un atentado. Vi a la gente salir corriendo, pero fue justo el primer momento. Había muchos jóvenes desorientados que no sabían hacia donde ir. Y también estaban sus padres, esperándoles en los coches fuera, que tampoco sabían qué hacer. No me quedé allí. Me dio un escalofrío, tuve miedo y me fui corriendo a casa porque estaba al lado", explica la joven.

Las redes sociales y los informativos locales hicieron el resto y en apenas unos minutos María ya sabía que, al lado de su casa, había habido un atentado. "Las primeras hipótesis apuntaban a la explosión de uno de los globos del estadio. Eso era imposible porque el temblor del suelo no fue normal. Los medios de comunicación confirmaron enseguida el atentado y entonces te invade el miedo porque piensas que podrías haber sido tú. Yo he ido varias veces a conciertos en el Manchester Arena", afirma. Por ello, lo primero que hizo fue enviarle un mensaje a su familia. "Sabía que la noticia aún no habría llegado a España así que le mandé un mensaje a mi padre para que supieran que estaba bien y en casa", asegura.

Esta mañana tanto la calle donde vive María como las inmediaciones del estadio estaban sitiadas. "Las calles están cortadas al tráfico, no se puede pasar y, sinceramente, no se cómo voy a llegar a trabajar pero voy a intentarlo", afirma la joven.

"El miedo se puede palpar en las caras de la gente"

También cerca del lugar en el que se produjeron las explosiones se encontraba Víctor Pons, un joven valenciano que lleva viviendo cuatro años y medio en Manchester por motivos laborales. "No andaba muy lejos de donde pasó la tragedia. Estaba a unos 500 metros del Manchester Arena cenando con mi chica, pero estamos bien", explica. "En un principio no notamos nada, pero empezamos a escuchar y ver pasar coches de policía y ambulancias, y ahí empezamos a darnos cuenta de que algo grave había ocurrido", asegura.

Mientras regresaban a su hogar pudieron constatar la gravedad de los hechos. "Yo vivo a 5 minutos del Arena, y de camino a casa nos cruzamos con los fans del concierto y podías ver en sus caras el pánico por lo ocurrido", narra Víctor.

Respecto a cómo se ha despertado la ciudad tras el "mazazo" de anoche, Víctor recuerda que "Manchester suele tener mucho ajetreo de gente y hoy hay poquita por la calle". "Mi pareja me ha comentado que ha tenido que pasar varios cordones policiales para llegar a trabajar a su banco muy cerca del Arena. Está todo cerrado en esta parte de Manchester. Están los forenses y la policía científica trabajando. La verdad es que el miedo se puede palpar en las caras de la gente", describe Víctor, que, no obstante, recuerda que "el inglés por norma general está orgulloso de serlo y creo que se mantendrán fuertes ante esta desgracia".

Por otra parte, el también valenciano José Álvarez coincide en los momentos de desesperación que se vivieron a las afueras del estadio. "Padres que no encontraban a sus hijos desesperados", cuenta el joven, quien describe la situación en la ciudad de gran tensión ante el protocolo antiterrorista que desde el primer momento se activó y que recomendó a la polícia la explosión controlada de una mochila en la plaza de la catedral, que, posteriormente, se comprobó era una falsa alarma.

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