Macron y el calendario hacen respirar a Bruselas

En el arranque de 2017 Bruselas miraba al cielo y solo veía negros nubarrones aproximándose al corazón de Europa. El brexit y la victoria de Trump, la crisis de los refugiados, el auge populista y, además, una serie de cruciales citas electorales que no llegaban ni en el mejor momento ni con las mejores perspectivas para un bloque comunitario aun afectado por la resaca del fatídico 2016.

Hoy, el modo como se encara este 2018 es antagónico. 2017 no fue sencillo pero la UE, a veces a duras penas y a veces con éxito, logró solventarlo.Ahora, con Macron como abanderado, Bruselas ha levantado la cabeza y mira hacia delante con algo más de optimismo. La victoria del hoy presidente francés ante la ultraderechista Marine Le Pen fue un bálsamo, pese al preocupante ascenso del Frente Nacional.

Las elecciones en Alemania, otra de las citas marcadas en rojo por Bruselas, no fue tan exitosa pero también tiene su lado positivo. Merkel ha logrado salvar, aunque sobre la bocina y con «dolorosas concesiones» reconocidas por la canciller, un acuerdo de gobierno con el SPD que permite a Alemania regresar al centro del tablero de juego europeo con el equilibrio que presumiblemente otorgará la presencia de los socialdemócratas en el Bundestag.

Con Macron en marcha, Merkel de nuevo al timón y el efecto reunificador que parece estar teniendo la negociación del brexit entre los 27, Europa afronta durante este 2018 un año electoralmente mucho más relajado. Es cierto que la primera cita, en la Reública Checa, no fue la soñada con la victoria del prorruso Milos Zeman, pero el candidato europeísta Drahos tampoco hubiera sido una garantía de cooperación, pues también renegó en campaña de las cuotas de refugiados.

De ahora en adelante, Hungría en mayo, Eslovenia en julio, Suecia en septiembre y Letonia, Luxemburgo e Irlanda en octubre son las próximas citas de los europeos con las urnas. Se acabaron los cara o cruz.