La Comisión Europea (CE) presentó este miércoles una estrategia para reforzar el sector farmacéutico de la Unión Europea que incluye invertir más y mejor en laboratorios en territorio de la UE para evitar situaciones de escasez, como ocurrió al inicio de la pandemia con el paracetamol o las mascarillas.

"La escasez es cada vez más frecuente en productos que llevan muchos años en el mercado y son ampliamente utilizados", advierte el Ejecutivo comunitario, que subraya que la penuria de medicinas "puede acarrear tratamientos insuficientes y aumentos de las estancias hospitalarias".

El plan en su conjunto, y la búsqueda de menor dependencia de potencias en la producción farmacéutica como China o India, servirá para apuntalar la "autonomía estratégica" a la que aspira la Unión Europea (UE) también en otros ámbitos como el energético o el militar y, de hecho, se nutrirá también de partidas presupuestarias para Defensa.

En el campo de las medicinas, y con el coronavirus como telón de fondo, esa voluntad de independencia europea pasa por diversificar "las cadenas de producción y suministro, asegurando el almacenamiento estratégico y fomentando la producción y la inversión en Europa".

Pero fuentes europeas apuntan a que la relocalización es "un asunto complejo" y por eso el documento de la Comisión propone dialogar con el sector para "identificar las vulnerabilidades potenciales" de la UE y sobre "las posibles dependencias que amenazan el suministro de medicamentos críticos, ingredientes farmacéuticos activos y materias primas", y diseñar después las políticas concretas necesarias.

"Incluso antes de la pandemia de covid-19 había preocupaciones sobre la resiliencia de las cadenas de fabricación farmacéutica", indica el documento aprobado por el colegio de comisarios del Ejecutivo comunitario, que subraya que esos problemas se han agravado durante la crisis del Sars-CoV-2.

Calendario farmaceútico

La industria farmacéutica europea tiene músculo: empresas emergentes, pymes y multinacionales como la francesa Sanofi, las alemanas Merck o Bayer, la irlandesa Allergan, la belga UCB o la danesa Novo Nordisk aportan 800.000 empleos directos, un superávit comercial anual de 109.400 millones de euros y más de 37.000 millones de euros invertidos en investigación.

Pero también tiene puntos débiles y, para 2021, Bruselas quiere tener una fotografía nítida de las necesidades y carencias en la "cadena de suministros global" para hacer propuestas concretas para "fortalecer la continuidad y seguridad del suministro", incluido el "apoyo a la capacidad de fabricación necesaria en la UE para productos críticos".

La CE espera, además, revisar en 2022 la legislación para mejorar la seguridad del suministro y plantear "medidas específicas que incluyan obligaciones más estrictas de suministro y transparencia" en la notificación anticipada de existencias y penurias de productos así como "una mayor coordinación y mecanismos de la UE para controlar, gestionar y evitar escaseces". Y seguir actualizando otras normativas comunitarias hasta 2024.

"Es nuestra visión a largo plazo para una autonomía estratégica abierta y nuestra respuesta a los desafíos de hoy y las vulnerabilidades expuestas por la covid-19", declaró en rueda de prensa la comisaria europea de Sanidad, Stella Kyriakides, quien hace dos semanas presentó una hoja de ruta para avanzar hacia una "Unión Europea de la Salud".

El vicepresidente de la Comisión Europea Margaritis Schinas, con una larga trayectoria en Bruselas, señaló que estos pasos comunes en materia sanitaria constituyen "la lección más importante" de la pandemia y "un pequeño milagro" en la historia comunitaria, pues las competencias de Sanidad recaen sobre los Estados miembros.

"Estamos haciendo cosas que serían inimaginables cinco o diez años atrás (...). Estamos explorando cada centímetro de nuestras competencias" porque "la gente quiere a Europa presente en la política sanitaria", declaró Schinas, recuperado ya de su positivo por covid de finales de octubre.

Otras propuestas

El Ejecutivo comunitario también prevé fomentar enfoques innovadores para la inversión en I+D en relación con los antimicrobianos y sus alternativas, promover una producción coordinada y mejorada de nuevos antibióticos o actualizar la legislación para alcanzar una mayor eficiencia en el uso de estos.

Bruselas quiere, además, "romper los silos" entre las distintas autoridades responsables de la autorización y la evaluación de tecnologías sanitarias o las prestaciones en materia de salud, los seguros y su financiación y fomentar la competencia en el ámbito de los medicamentos genéricos.

Entre otras medidas, la CE aboga además por exigir más transparencia en la investigación y en los precios de las medicinas para que sean más asequibles, especialmente de los nuevos productos, así como generar un sistema de incentivos "a medida" para la industria farmacéutica que estimule la innovación en áreas donde hay carencias como las enfermedades raras, neurodegenerativas o los cánceres en niños.